¿Es esta la avería más cara de la historia del automóvil?

Un automovilista alemán ha tenido que asumir una factura de taller astronómica tras un fallo con un modelo muy particular.

Los beneficios de la electrificación son incuestionables para el planeta. Pero también ha aportado a los automóviles una considerable simplificación en su funcionamiento que reduce las averías respecto a los convencionales y, al ser más sencillos, también disminuyen las intervenciones en el taller para sustituir las más numerosas piezas que se desgastan con el uso en los motores de combustión.  

Sin embargo, las tecnologías más avanzadas también requieren por el momento desembolsos superiores a la hora de la compra del vehículo. Y, como en este caso, en la reparación de una avería grave que ha obligado al propietario de un Hyundai ix35 F-Cell a pagar una factura de más de 100.000 euros. 

El cliente en cuestión es un analista de sistemas alemán llamado Till Westberg, que compró su coche en 2015 por 50.000 euros y que ahora ha tenido que desembolsar más del doble por un fallo en la pila de combustible que caracterizaba a este modelo presentado por la marca coreana en 2013.  

Mayor autonomía

Hay que recordar que el Hyundai ix35 F-Cell pertenece a los todavía escasísimos coches que generan su propia electricidad combinando el aire de la atmósfera con hidrógeno obtenido de forma sostenible, reacción que produce energía y solo desprende vapor de agua. Una solución que, a día de hoy, es la más avanzada de todo el abanico de posibilidades que brinda la electrificación. 

Westberg, un conductor convencido de los beneficios de la electrificación, disponía hasta entonces de un Toyota Prius enchufable al que reprochaba una autonomía eléctrica escasa. Motivo por el que se decidió a dar el salto tecnológico hacia el hidrógeno, ya considerado por muchos como el futuro de la automoción. 

El Hyundai ix35 F-Cell le brindaba todas las ventajas de poder desplazarse en un vehículo que no contaminaba y, además, ofrecía una autonomía que superaba sin problemas los 500 kilómetros con un solo repostaje de sus depósitos de hidrógeno, situados uno bajo los asientos posteriores y el otro en el maletero. 

Fallo del sistema 

Pero para su desgracia, siete años después el sistema ha terminado fallando al completar los 84.000 kilómetros y un aviso en la instrumentación le advirtió de que debía visitar el taller sin falta.

Y según ha explicado el desafortunado propietario al diario alemán Bild, la factura de la reparación se ha elevado a 103.764,17 euros ya que ha sido necesario sustituir al completo la pila de combustible, un componente que a día de hoy es el más sofisticado y caro que existe en el mundo automoción. 

La marca ha justificado tan elevado precio por la singularidad del modelo, derivado de la segunda generación del Tucson y del que hasta 2018 solamente se fabricaron unos cientos de ejemplares. Es comprensible pues que se trate de un caso insólito al ser uno de los primeros coches comercializados con una mecánica eléctrica alimentada por una pila de combustible.  

Aunque es previsible que, como ha ocurrido con las baterías de los eléctricos, a medida que se vaya extendiendo la tecnología de pila de combustible sus componentes reduzcan sus costes de fabricación. De hecho, en el nuevo modelo de hidrógeno Hyundai Nexo, el módulo de la mecánica de hidrógeno ya ha conseguido rebajar su precio a la mitad (40.000 euros). 

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