No es el aire acondicionado: un estudio revela el verdadero talón de Aquiles para la autonomía de los coches eléctricos 

Geotab analizó más de tres millones de viajes en coches eléctricos para descubrir qué afecta más a la autonomía: ¿la velocidad o el aire acondicionado? Los resultados sorprenden y desafían algunas creencias comunes sobre la eficiencia energética.

La principal conclusión (y la más relevante) es que la autonomía disminuye significativamente al aumentar la velocidad: la resistencia al aire juega un papel crucial en este aspecto.

Lo explica la física: la resistencia del aire aumenta cuadráticamente con la velocidad. O lo que es lo mismo: al duplicar la velocidad, se cuadruplica la resistencia del aire. En consecuencia, el consumo de energía aumenta más que con el aire acondicionado.

Dos ejemplos

Los efectos son especialmente notables a temperaturas cercanas a los 30 grados y a velocidades de entre 80 y 130 km/h. El estudio lo ilustra con un par de ejemplos. Una furgoneta eléctrica con una batería de 65 kWh recorre unos 230 kilómetros a 80 km/h y cuando aumenta la velocidad, ocurre esto:

• A 97 km/h: la autonomía se reduce a 195 kilómetros.
• A 112 km/h: baja a 166 kilómetros.
• A 128 km/h: se queda en 142 kilómetros.

Por lo tanto, una mayor velocidad conlleva una pérdida de autonomía de casi el 40%. Este efecto también se observa en las berlinas, aunque en menor medida. La autonomía disminuye aproximadamente un 28% a velocidades más altas: pasa de 446 kilómetros a 80 km/h a 322 kilómetros a 128 km/h.

¿Qué pasa con el aire acondicionado?

Geotab señala que los conductores de un coche eléctrico “dudan en encender el aire acondicionado cuando hace calor. Nuestros datos muestran que las mayores pérdidas de autonomía se deben principalmente a las altas velocidades. Conducir entre 16 y 24 km/h más despacio puede aumentar la autonomía en más de un 20%, dependiendo del vehículo”.

El aire acondicionado tiene, por lo tanto, un impacto menos significativo en la autonomía. Obviamente, es un sistema que consume energía: algo que se nota, principalmente, al conducir a baja velocidad en verano. ¿La razón? La resistencia del aire es insignificante con temperaturas altas.

En estas situaciones, la demanda continua del sistema del aire acondicionado se vuelve más considerable. Cuanto más rápido se conduce, menos relevante es la temperatura exterior en comparación con la energía necesaria para mantener esa velocidad.

Hay que tener presente que la autonomía, tanto para coches eléctricos como para los de combustión, es un valor dinámico. Siempre depende de la temperatura, el perfil de la ruta, el tráfico y, por supuesto, del estilo de conducción.