La llegada de los coches eléctricos ha abierto un nuevo segmento de mercado en el que posicionarse bien supondrá ingresos considerables para la marca que lo consiga: crear un coche sin emisiones realmente barato. En Europa es difícil encontrar un modelo que baje de 20.000 euros, pero en China lanzan regularmente vehículos con un coste mucho menor: el último en presentarse ha sido el Panda Mini EV.
Como deja claro su nombre, se trata de un microcoche pensado para un uso eminentemente urbano. Solo mide 3,06 metros de largo, 1,52 metros de ancho y 1,6 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,01 metros.
A pesar de sus reducidas dimensiones, es capaz de dar cabida a cuatro pasajeros adultos, en gran parte debido a su diseño, cuadriculado y que busca maximizar el espacio interior.
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Con este enfoque, Geely, la compañía madre que lo ha desarrollado, ha optado por montar un motor de potencia contenida. Tiene solo 30 kW (40 CV): no hará muchos alardes en cuanto a prestaciones, pero logrará un consumo eléctrico bajo. No se ha desvelado la capacidad de su batería, pero se apunta a una autonomía de 150 kilómetros, alcance suficiente para los quehaceres diarios.
Su principal punto fuerte, sin embargo, se encuentra en su coste. Aunque no se ha confirmado de manera oficial, la tarifa estará entre los 40.000 y los 50.000 yuanes, lo que al cambio actual supondrían entre 5.400 y 6.800 euros.
En caso de llegar a Europa, los impuestos incrementarían el precio, pero aun así quedaría bastante por debajo de las opciones más asequibles, como el Invicta D2S o el Dacia Spring.
Un rival imbatible
Aunque las tarifas proyectadas del Panda Mini EV son realmente bajas, no llegan a los precios mínimos del que es su rival directo. El coche eléctrico más barato del mundo, el Wuling Mini EV, se vende en China por el equivalente a 3.900 euros.
Estaba prevista su llegada a España para este 2022, con una versión mejorada, pero por el momento no se ha puesto a la venta.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.