Pide presupuesto para cambiar la batería de su coche eléctrico y sale del concesionario desencajado

Los compradores de coches eléctricos tienen que contar con que, después de unos ciertos años, la batería de sus vehículos perderá autonomía y capacidad. Al final, sucede lo mismo que con los coches térmicos: conforme pasa el tiempo, hay que ir renovando piezas.

El problema es que el precio de cambiar la batería de un coche eléctrico puede ser alto. Al final, es la pieza central del vehículo y su fabricación no es ni barata ni sencilla. Que cada conductor se haga sus cuentas e investigue si, teniendo en cuenta ese gasto, le sale rentable tener un coche eléctrico.

Un conductor francés fue a pedir presupuesto para cambiar la batería de su Kia e-Soul, que estaba por cumplir nueve años, y efectivamente se planteó si había hecho bien apostando por un eléctrico. El hombre, Fabrice Haleux, residente en Rives-du-Couesnon, ha contado su historia en el periódico Ouest France.

Fue a conocer el precio de cambiar la batería de su Kia a un concesionario francés de la marca. Salió del lugar desencajado y con una mala sensación en el cuerpo. Y no es para menos, ya que le pidieron 36.310 euros entre la batería nueva, la retirada de la vieja y la instalación.

El hombre explicó a la prensa local que la elección de un coche eléctrico, en su caso, había estado motivada por razones medioambientales. “En el momento de la compra, sabía que la batería se deterioraría en algún momento, y sabía que la tendría que reemplazar”. Lo que no esperaba era ese precio exorbitado, con el que bien se podría comprar un coche nuevo. 

¿Obsolescencia programada?

“Con estos precios solo para cambiar las baterías, no van a conseguir convencer ala gente de pasarse al coche eléctrico”, continuó Haleux. “Es un modelo de obsolesciencia programada”.

La operación de sustituir la batería de un coche eléctrico es costosa. Echando un vistazo por internet, comprar solo el pack de baterías de 30 kWh para un Kia e-Soul cuesta, como mínimo, 5.000 euros. Obviamente, hay que sumar el precio de la mano de obra, la instalación y la desinstalación de la vieja pila, aunque llegar hasta 36.000 euros parece una exageración.