Volvo ES90: el coche eléctrico que redefine la sostenibilidad desde su origen hasta el reciclaje

Materiales reciclados, eficiencia energética y trazabilidad hacen del ES90 el modelo de la marca sueca con menor huella de carbono de toda su historia.

Volvo ES90

Las marcas de automóviles se están situado a la vanguardia de la sostenibilidad, no solo en el diseño de sus vehículos, sino también en los procesos que los hacen posibles. Cada vez más factorías están eliminando el uso de combustibles fósiles como fuente de energía, apostando por alternativas renovables para alimentar sus líneas de producción.

Pero el compromiso va más allá: fabricante como Volvo controlan a sus proveedores exigiéndoles que cumplan estrictos requisitos medioambientales. El objetivo es claro: que cuando un coche salga del concesionario ya haya reducido al máximo su huella de carbono. Esta transformación industrial marca un antes y un después en la forma de entender la movilidad sostenible.

Al final, los coches eléctricos tienen una ventaja evidente frente a los de combustión: durante su uso, no emiten gases contaminantes. Pero la verdadera revolución sostenible va más allá del momento en que se pisa el acelerador. Desde la extracción de las materias primas hasta el reciclaje final, los eléctricos modernos están diseñados para minimizar su impacto ambiental en cada etapa de su vida útil. Y en este terreno, el nuevo Volvo ES90 se posiciona como un referente.

Volvo factory

Sostenibilidad llevada al extremo

El Volvo ES90 eléctrico no solo es un coche libre de emisiones en circulación. Es el modelo con la huella de carbono más baja jamás fabricado por la marca sueca. Según el informe de Evaluación del Ciclo de Vida (LCA), verificado por terceros, el ES90 genera solo 31 toneladas de CO si se carga con el mix energético europeo, y apenas 26 toneladas si se utiliza energía eólica. Esto supone una reducción del 50% respecto al S90 microhíbrido y del 30% frente al híbrido enchufable.

Eficiencia energética

El ES90 estrena el sistema eléctrico de 800 voltios, que permite cargas más rápidas y eficientes. Además, su diseño aerodinámico, con un coeficiente de resistencia de solo 0,25 Cd, contribuye a reducir el consumo energético y aumentar la autonomía. Cada detalle ha sido pensado para optimizar el rendimiento sin comprometer el medioambiente.

Materiales reciclados

La sostenibilidad del ES90 también se refleja en sus materiales. El 29 % del aluminio, el 18 % del acero y el 16 % de los polímeros utilizados son reciclados. En el interior se emplea madera con certificación FSC y tapicería Nórdico fabricada con botellas PET recicladas. Además, Volvo ha implementado un pasaporte para la batería basado en blockchain (una tecnología que permite registrar información de forma segura, transparente y descentralizada) posibilitando rastrear el origen del litio, cobalto, níquel y grafito, garantizando su obtención responsable.

Más allá de la legislación

Cabe destacar que, en materia de emisiones, Volvo no se conforma con cumplir la normativa. Desde 2019, publica informes LCA de todos sus modelos eléctricos, y su objetivo es alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2040 y la electrificación solo es el primer paso.

De ahí que, el nuevo ES90 se haya convertido en una muestra clara de ese compromiso: un coche que no solo se conduce con conciencia ecológica, sino que ha sido concebido desde el principio con esa misma filosofía.

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