El mercado de los SUV híbridos enchufables se diversifica con propuestas que, aunque comparten etiqueta Cero, ofrecen experiencias muy distintas. El BYD Seal U DM-i, de origen chino, apuesta por la relación calidad-precio y la eficiencia, mientras que el Mitsubishi Outlander PHEV, japonés y más veterano, se presenta como una opción premium con tecnología refinada.
¿Cuál se adapta mejor a las necesidades del conductor actual?
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Diseño y dimensiones: dos estilos, dos filosofías
Ambos modelos comparten una presencia imponente, pero con enfoques estéticos distintos. El BYD Seal U DM-i, con sus 4,77 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,67 de alto, apuesta por un diseño atemporal, de líneas suaves y redondeadas, con ópticas Led modernas.

El Mitsubishi Outlander PHEV, algo más corto (4,72 metros), pero más alto (1,75 metros), exhibe un estilo más musculoso y agresivo, con su frontal Dynamic Shield y detalles inspirados en el Montero. Las llantas de 20 pulgadas del japonés refuerzan su carácter premium frente a las de 19 del chino.

Motorización: eficiencia frente a potencia
El BYD combina un modesto motor de gasolina de 98 CV con uno eléctrico de 197 CV, para una potencia total de 218 CV. Su batería de 26,6 kWh le permite recorrer hasta 125 kilómetros en modo eléctrico.
El Outlander, por su parte, ofrece un sistema más potente: motor térmico de 136 CV y dos eléctricos (116 y 136 CV), sumando 306 CV. Su batería de 22,7 kWh homologa 86 kilómetros eléctricos, pero con una recuperación energética superior. En prestaciones, el Mitsubishi acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos, frente a los 8,9 del BYD. Ambos cuentan con la misma velocidad máxima: 170 km/h.
Interior: tecnología y confort a distintos niveles
Ambos SUV destacan por su amplitud y calidad de acabados. El BYD apuesta por un interior sencillo pero tecnológico, con cuero vegano y una pantalla rotativa de 15,6 pulgadas como centro neurálgico. Sin embargo, su conectividad es deficiente ya que la radio, ya sea la normal o la digital es difícilmente audible.

El Outlander Kaiteki+ ofrece cuero natural, climatizador trizona, Head-Up Display y una doble pantalla de 12,3 pulgadas cada una, con una experiencia más pulida y funcional. En ambos casos, el espacio para los ocupantes es generoso, aunque el japonés se impone en refinamiento.

Maletero: capacidad condicionada por las baterías
El maletero del BYD Seal U DM-i se queda en 425 litros, penalizado por la batería, aunque con formas aprovechables.

El Outlander ofrece 490 litros, ampliables a más de 1.400 con los asientos abatidos, lo que lo convierte en una opción más versátil para familias o viajes largos.

Dinámica de conducción: confort por encima de todo
Ambos modelos priorizan el confort, pero con matices. El BYD, con suspensión blanda, resulta muy cómodo en viajes tranquilos, aunque su dirección y frenos no destacan por precisión.

El Outlander, gracias a su tracción total S-AWC y mejor reparto de potencia, ofrece mayor seguridad y control en curvas y terrenos complicados. Eso sí, ninguno está pensado para una conducción deportiva.
Precio y posicionamiento: ¿vale lo que cuesta?
El BYD Seal U DM-i parte, en su versión Comfort, de 41.000 euros, que pueden reducirse hasta 32.790 con ayudas y descuentos. El Outlander Kaiteki+ cuesta 60.650 euros, aunque con el Plan Moves III y promociones baja a 51.500.

La versión Motion, más accesible, se queda en 43.300 euros. El chino gana en relación calidad-precio, mientras que el japonés justifica su coste con equipamiento y refinamiento.
Conclusión: dos caminos hacia la electrificación
El BYD Seal U DM-i seduce por su autonomía eléctrica, precio competitivo y amplitud, aunque con carencias en conectividad y dinámica.
El Mitsubishi Outlander PHEV, más caro, ofrece una experiencia más completa, con mejor tecnología, confort y tracción. La elección dependerá del perfil del conductor: práctico y eficiente o exigente y premium.
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