BYD desembarcó en España hace algo más de dos años. Y solo en este tiempo se ha convertido en una de las marcas chinas de referencia en el sector.
Si bien es cierto que la mayoría de su portfolio lo ocupan productos 100% eléctricos, hace no mucho se ha incluido este BYD Seal U DM-i, la versión híbrida enchufable del SUV grande de la marca (con permiso del Tang y sus casi cinco metros) que mide 4,77 metros de longitud.
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Y este SUV está dando mucho que hablar, gracias a su relación entre calidad, precio y autonomía, que supera de largo los 1.000 kilómetros gracias a su combinación entre el motor de gasolina y uno eléctrico.
Su carrocería y su diseño no llaman especialmente la atención, pero resulta bastante atemporal con muchas ‘redondeces’ y pocas aristas. Sus grupos ópticos tanto delanteros como, sobre todo, traseros, sí que resultan llamativos, por sus modernas formas y tecnología led.

Interior BYD, sencillo y tecnológico
Por calidad de materiales y ajustes, a bordo se tiene la sensación de viajar en un coche mucho más caro.
La piel artificial (cuero vegano dicen en BYD), como en muchas otras marcas luce bien y la amplitud tanto delante como detrás, es muy buena.
El equipamiento de serie, en este acabado, el intermedio y denominado Comfort, es de lo más completo y luego se entrará en más detalle.

La pantalla central, rotativa (se puede poner en vertical, muy intrusiva, o en horizontal) y de 15,6 pulgadas, protagonista del interior y del centro neurálgico; también es protagonista del principal punto negativo de este vehículo.
Porque su conectividad es más bien lamentable. Y sin el más bien. No es de recibo que en este coche no se pueda escuchar ni la radio tranquilamente. Ni si es DAB, ni la normal. A veces también depende del momento del día. Gastas casi 40.000 euros, puedes circular más de 1.000 kilómetros sin repostar, tienes amplitud de sobra para cinco ocupantes… pero como no vayan cantando…
Hablando de puntos negativos, tampoco el maletero es de lo mejorcito del segmento. Vale que lleva una batería, pero ya que es una ‘Blade Battery’, que presume de su delgado diseño, esos 425 litros son muy pocos.

En marcha con sus dos motores y 218 CV
Este BYD Seal U DM-i cuenta con un motor de gasolina 1.5 atmosférico de solo 98 CV y el mayor protagonista: uno eléctrico de 145 kW (197 CV). En total, la potencia conjunta es de 218 CV.
Así que, con estas cifras, cuando no hay carga en la batería (algo que también es muy difícil, ya que el motor de gasolina actúa principalmente como generador), el Seal U se muestra especialmente perezoso.
Eso sí, este motor de combustión también puede mover las ruedas (delanteras en esta versión), asistido por el motor eléctrico.
Sus dos toneladas de peso se mueven bien, pero claro, no se pueden esperar prestaciones de Fórmula 1. Para llanear en un viaje, muy bien y muy cómodo. Pero si aparecen grandes desniveles positivos, se puede quedar bastante rezagado.

Esta versión Comfort cuenta con la mayor batería de la gama, de 26,6 kWh, lo que le permite completar hasta 125 kilómetros de autonomía eléctrica. Y admite cargas a 11 kW en corriente alterna (tiempo de recarga total de 3,2 horas) y 18 kW en continua.
La blanda suspensión es otro de los elementos decisivos de este coche, ya que condiciona mucho su comportamiento. Por eso en un viaje, llaneando, es un coche muy confortable. Pero claro, ese tarado totalmente orientado al confort pasa una amplia factura debido a sus amplios movimientos de balanceo e incluso cabeceo al frenar algo fuerte.
Que, por cierto, también los frenos tienen un tacto poco preciso, muy esponjoso y demasiado progresivo aunque al final, cumplen con su propósito sin mayor problema.

Respecto a su dirección, de buen guiado, pero tampoco muy precisa ni ágil. Al acelerar a fondo se pueden notar a veces ciertos tirones del volante hacia uno y otro lado, fruto de pérdidas de tracción del eje delantero.
Lo dicho, es un coche muy confortable para viajes tranquilos, al que no hay que buscar un elevado nivel dinámico ni prestacional. Aún así, el 0 a 100 km/h lo completa en 8,9 segundos y su velocidad máxima es de 170 km/h.
Eléctrico o híbrido
Un mando dispuesto en el salpicadero central permite elegir entre rodar de forma 100% eléctrica o de forma híbrida, utilizando también el motor de gasolina.

Su consumo, en ambos modos, es muy comedido y si en el modo eléctrico andará por unos 16 kwh/100 km, cuanto entra el gasolina tampoco subirá mucho más de 6 o 7 litros a los 100 km.
Precio y equipamiento
El precio de este BYD Seal U DM-i en su versión Comfort es de 41.000 euros, que con el Plan Moves III (7.000 euros) y la campaña descuento de la marca (1.210 euros) se queda en 32.790 euros.

Eso sí, la versión Boost, de acceso a la gama, se puede quedar en 30.790 euros.
Volviendo a la Comfort, por esos poco más de 40.000 euros, cuenta con equipamiento como el volante calefactable, sistema de purificación de aire, Head-Up Display, carga inalámbrica, cámara de visión 360, función de carga bidireccional o ruedas de 19 pulgadas.
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