A 150 km/h en la autopista en dos países de la UE: ¿llegará la medida a España?

Los límites de velocidad en los Estados miembros de la Unión Europea no son parejos y algunos de ellos los están elevando.

acelerar carriles carretera
Varios vehículos en una autopista en una imagen de archivo. | Getty Images

Las normas de tráfico, aunque disponen de innumerables generalidades, tienen sus particularidades para cada país. No existen normas de circulación y seguridad vial para todo el territorio de la UE. Sin embargo, surgen algunas reglamentaciones que se aplican en toda la Unión, como por ejemplo, el uso obligatorio del cinturón de seguridad en todos los vehículos.

Otras normativas comunes que deben cumplir los conductores son, la obligatoriedad del empleo de dispositivos de retención para niños, la prohibición de utilizar un teléfono móvil sin un dispositivo manos libres o la exigencia de disponer de un seguro en vigencia en el vehículo con el que se está circulando.

Por otro lado, existen normas de circulación nacionales que no son iguales para todos los países de la UE. Así, encontramos diferencias en los límites de la tasa de alcoholemia, en los dispositivos de seguridad necesarios en los coches, en el empleo obligatorio de luces de circulación diurna o de ruedas de invierno y, sobre todo, en los límites de velocidad para los distintos tipos de carretera.

Límite de velocidad de 130 km/h

En la actualidad existe un grupo mayoritario de países que mantiene un límite de velocidad de 130 km/h en las autovías y autopistas: Italia, Croacia, Eslovaquia, Luxemburgo, Rumanía, República Checa, Eslovenia, Hungría, Grecia, Países Bajos, Dinamarca, Alemania y Austria. Por su parte, Polonia y Bulgaria tienen su límite en 140 km/h.

Límite de velocidad de 120 km/h

Un segundo grupo de naciones se sitúa un escalón por debajo y marca el límite máximo en 120 km/h: España, Bélgica, Finlandia y Portugal. Estas abanderan el proyecto Visión Zero, que se trata de una estrategia para evitar todas las muertes y lesiones graves por siniestros de tráfico para el año 2050.

La estrategia común aboga por reducir las velocidades máximas tanto en las carreteras como en las ciudades, para así eliminar también el riesgo de atropello. El objetivo no es buscar culpables, ni aumentar las multas, sino de buscar soluciones.

Menos de 120 km/h

Por otro lado, entre los veintisiete también existen países que propugnan una reducción sistemática de la velocidad en las vías rápidas. Así, en Estonia no se puede circular a más de 90 km/h, salvo en los meses de verano que se permite llegar a 110 km/h. Por su parte, en Chipre la velocidad máxima permitida en autopistas es de 100 km/h.

Dos nórdicos también se encuentran en este grupo que busca reducir progresivamente las velocidades máximas en autopista. Noruega pone su límite en 100 km/h, mientras que en Suecia se llega a los 110 km/h.

Aumento a 150 km/h

Ahora, algunos países se están desmarcando de unos límites de velocidad, más o menos consensuado, para elevarlo hasta los 150 km/h. Los dos primeros en llevarlo a la práctica han sido Italia y República Checa. En ambos estados este aumento de velocidad se encuentra en pleno debate político y se está a la espera de su tramitación definitiva.

En Italia, el aumento de la velocidad máxima permitida es un tema recurrente que han estudiado, en mayor o menor medida, los últimos gobiernos. Matteo Salvini, actual ministro de Infraestructuras, ha confirmado que el ejecutivo está debatiendo cuando implementarlo. Para ello, la vía deberá contar con tres carriles por sentido, rectas muy largas y control telemático.

En República Checa, por su parte, sus diputados aprobaron en junio la nueva Ley de tráfico que incluye la enmienda del aumento de velocidad hasta los 150 km/h. Si el presidente de la nación y el Senado dan el visto bueno, a partir del uno de enero de 2024, los conductores checos podrán aumentar la velocidad permitida de sus vehículos.

Seguridad vial y medioambiente

Entre los detractores de estos aumentos de velocidad, señalan que hay dos motivos muy importantes para no acometerlos. En primer lugar, en lo referente a la seguridad vial. Estos apuntan que al aumentar la velocidad también lo hace el tiempo de reacción. A 150 km/h se recorren casi 42 metros por segundo. En cambio, a 130 km/h se recorren 36 metros por segundo.

Respecto al tiempo de reacción, la DGT incide en que un conductor que está focalizado en la carretera necesita alrededor de 1,5 segundos para reaccionar. Sin embargo, cuando el conductor se encuentra distraído, el tiempo de reacción se eleva a los ocho segundos. Esta cifra es directamente proporcional a la velocidad a la que se viaja. A 130 km/h se recorren 288 metros antes de reaccionar, sin embargo, a 150 km/h se recorren 336 metros.

Por su parte, las voces discordantes también ponen el foco en las emisiones. Según diversas asociaciones de consumidores italianas, un aumento de la velocidad máxima a 150 km/h desde los 130 km/h supone un aumento en el gasto de combustible y de emisiones a la atmósfera de un 20% superior.

Sin embargo, asociaciones de conductores creen que la medida de aumentar la velocidad en autopista es acertada, al contar los coches actuales con mayores sistemas de seguridad, para evitar accidentes y electrónica para mitigar el aumento de emisiones.

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