Cuando un conductor supera los 80 km/h y nota ciertas vibraciones en el volante, el coche le está anunciando que hay algo que no funciona correctamente. ¿El qué? Son varias respuestas las que hay para esta pregunta.
El tacto del volante, ocasionalmente, sirve para identificar el mal funcionamiento de determinados componentes del coche y la presencia de averías. Cuando se produce este temblor, la razón puede estar relacionada con el motor, la dirección o las ruedas… entre otros elementos.
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Determinadas averías del coche se producen con inmediatez. Sin embargo, otras son consecuencia de un fallo prolongado en el tiempo. En estos supuestos, las vibraciones del volante sirven para anticipar que algo va mal en el vehículo.
La dirección
Cuando la dirección no está perfectamente equilibrada, las ruedas giran de manera antinatural: esto se traduce en vibraciones en el volante, pero, también, en un aumento del consumo del coche y un comportamiento dinámico peor.
Los neumáticos
Los neumáticos son uno de los dos grandes motivos que están detrás de las vibraciones del volante. Las generarán cuando tengan algún defecto o se hayan desgastado de forma desigual.
Para evitar este problema (y otros más graves como, por ejemplo, un reventón) hay que revisar su estado periódicamente controlando la profundidad de su dibujo, así como que la presión sea la adecuada.
Los frenos
Esta es la otra causa que suele esconderse detrás de la vibración del volante. Cuando los frenos son el motivo es que ya no están completamente planos, sino que se han deformado.
La suspensión
El problema de la vibración del volante a velocidades superiores a 80 km/h puede estar relacionado, también, con la suspensión. Si el mecánico determina que este es el motivo, lo más aconsejable pasa por cambiar los cuatro amortiguadores.
El motor
Lo cierto es que esta causa no es demasiado frecuente, pero puede darse. Ocurre cuando al motor le falta aire o cuando hay algún problema con las bujías.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.