¿Qué se debe hacer (y qué no) si los frenos fallan?

Al volante pueden darse diversas situaciones que exigen la toma de rápidas decisiones. Una de ellas, y de las más complicadas, es quedarse sin frenos.

Aunque es una situación muy poco habitual, en ocasiones se producen fatales accidentes por esta causa. La mayoría de las veces, por no saber reaccionar a tiempo y de forma conveniente. También es verdad que, en algunos casos, no se dispone del tiempo o el espacio necesarios para hacerlo.

Qué hacer si los frenos del coche no funcionan

Ante todo, y aunque es fácil decirlo, se debe mantener la calma. Y, sobre todo, seguir teniendo el control del vehículo. Es fundamental para detenerlo con seguridad.

Obviamente, hay que dejar de acelerar de inmediato, en cuanto se detecte este fallo. No está de más intentar avisar al resto de los usuarios de la vía, poniendo las luces de emergencia e incluso tocando el claxon. No se debe apagar el motor, porque dejará de funcionar la servodirección y la dirección se hará mucho más dura y complicada de accionar.

Hay que bombear repetidamente el pedal de freno, para intentar aumentar la presión del circuito, por si se debe a un fallo de la bomba. Si esto no funciona, hay que intentar disminuir la velocidad del vehículo utilizando el freno motor, reduciendo marchas.

Si es manual, es fácil. Si se trata de un coche automático, casi todos tienen un modo secuencial. Con este, hay que bajar las marchas paulatinamente para reducir la velocidad lo antes posible.

Si el coche es manual, además de esa reducción de marchas, hay que ejercer una ligera pero continua tensión en el freno de mano. Mucho cuidado, porque si se hace de forma brusca y se circula a mucha velocidad, se pueden bloquear las ruedas traseras, perder el control del vehículo y empeorar la situación.

En cuanto se detecte este fallo en los frenos, hay que buscar una manera de salir de la carretera o acercarse al arcén para no poner en riesgo al resto de conductores. Si se circula por ciudad, antes de perder el control del vehículo y que se produzca un accidente o un atropello, intentar rozarlo con alguna valla, el bordillo de la acera o cualquier otro elemento es mejor que llegar a producir alguna desgracia.

¿Cómo saber si los frenos pueden fallar?

Hay determinadas pistas que este sistema de seguridad activa puede revelar antes de fallar por completo. Si se detecta que el freno está más duro y hay que hacer más fuerza sobre él o frena menos que antes, puede deberse a un fallo en el servofreno. Y suele producirse por un largo periodo de inactividad, un calor excesivo o algún fallo en la bomba.

Se debe revisar cada cierto tiempo, entre dos y tres meses, que el líquido de frenos tenga el nivel correcto, que las pastillas no estén desgastadas o que los discos estén en buen estado.

Si se nota el pedal de freno muy blando al pisarlo, puede que el nivel del líquido de frenos haya bajado más de la cuenta o que haya algo de aire en el circuito.

Si el coche gira sobre sí mismo al frenar, es decir, se va de lado, hay que llevarlo al taller para que revisen todo el sistema y detectar el posible problema, que puede derivar en algo más grave. Este síntoma también se puede deber a una avería en alguno de los amortiguadores, pero no está de más descubrirlo.

En todos estos casos, y al menor síntoma, lo ideal es acercar el coche a un taller para realizar un chequeo.