Al cabo de los años, la mecánica se va ensuciando por la acumulación de carbonilla, que es un depósito de residuos sólidos resultantes de la combustión del carburante.
Y a medida que el motor se va carbonizando, las consecuencias son más negativas tanto en el rendimiento como en sus emisiones.
¿Cómo saber si el motor está sucio?
Los síntomas inequívocos de que el motor está sucio son fáciles de constatar. El escape comienza a humear en exceso, el motor ya no responde con la alegría de antes y el consumo se incrementa. Será entonces cuando habrá que plantearse una visita al taller para proceder a su limpieza.
Aunque este proceso de descarbonización sirve tanto para motores de gasolina como de gasóleo, serán estos últimos los que acusen mayormente el problema. En el interior de sus cámaras de combustión, se deposita una mayor cantidad de residuos en forma de carbonilla, también llamada calamina. Hace que el motor funcione peor, de forma irregular y desperdicie combustible.
Hay varios métodos para limpiar el motor por dentro y el más tradicional requiere su desmontaje, con la complicación, el tiempo y los costes que ello supone. Pero la técnica moderna permite ahora a los talleres hacerlo de una forma más sencilla, quemando directamente la carbonilla en el interior de los cilindros y conductos del escape sin necesidad de desarmar ningún componente de la mecánica.
Esta pirólisis controlada es la más recomendable, porque, a diferencia de otros tratamientos que actúan por corrosión, no es agresiva con las piezas mecánicas.
Consiste en inyectar en el interior del circuito de alimentación hidrógeno y oxígeno (HHO), cuya combustión a muy alta temperatura descompone por completo los depósitos sólidos, que salen en forma de gas por el tubo de escape.
Precios entre 40 y 100 euros
El proceso suele costar entre los 40 y los 100 euros, dependiendo del tipo de motor y la profundidad de la limpieza. Pero los beneficios son inmediatos, ya que al tiempo de que se recupera la potencia del motor nuevo, reduce su consumo, gana suavidad en las respuestas y, muy importante, baja significativamente las emisiones del escape.
El momento adecuado para descarbonizar un motor será variable, dependiendo sobre todo del tipo de uso del vehículo. No es lo mismo un motor que funcione siempre en ciudad, a bajas revoluciones y con numerosos arranques en frío, que otro que habitualmente lo haga por carretera a velocidades de crucero constantes y temperatura estable.
Pero, por lo general, el proceso de descarbonización se recomienda en motores que acumulen muchos kilómetros y comiencen a presentar indicios de suciedad en su interior y volver a repetirlo periódicamente si se quiere mantener la mecánica en las mejores condiciones.
Descarbonizar el motor diésel
En el caso de los motores diésel, que son las mecánicas más proclives a acumular carbonilla en su interior, también se puede evitar a la larga este problema con algunos hábitos de conducción.
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Por ejemplo, esperar unos minutos al ralentí o rodando muy despacio a que el motor alcance su temperatura de funcionamiento después de arrancar, sobre todo con tiempo frío, o evitando rodar muchos kilómetros por la ciudad a muy bajo régimen con frecuentes paradas.
Por la misma razón, será también conveniente salir con cierta frecuencia a carreteras despejadas o autopistas para mantener un régimen alto de revoluciones durante un rato, para que los cilindros y los órganos de control de emisiones del sistema de escape (válvula EGR, catalizador y filtro de partículas) funcionen con la carga y la temperatura idóneas.
Con ello no solo se mantendrá el motor más limpio y se retrasará la acumulación de carbonilla, sino que también podrán evitarse incómodas y costosas averías.
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