Cómo son los controles exprés, la nueva táctica de la Guardia Civil y la DGT

La Agrupación de Tráfico ha cambiado sus métodos para luchar contra la tecnología: “Hemos pasado de controlar a ser controlados”, dice un coronel.

guardia civil
Un control de la Guardia Civil de Tráfico.

A juicio del director general de Tráfico, Pere Navarro, las alertas grupales por medio de WhatsApp y Telegram son “un disparate”: anuncian los controles de velocidad y de alcohol y sirven, por ejemplo, para que posibles delincuentes viales sigan libres en el asfalto. “No le veo sentido a la figura del listillo”, defendió el máximo responsable de la DGT en octubre durante la clausura del XIX Foro Contra la Violencia Vial. No tiene razón de ser su existencia, pero se repite a gran escala, a tal punto que ha obligado al Ministerio del Interior a revisar la normativa y a Tráfico a modificar sus sistemas de vigilancia. 

Ya en junio pasado, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció la intención del Ejecutivo de perseguir penalmente a quienes advierten por las redes o en aplicaciones de mensajería de la presencia de estos controles, y la ley se adaptará a estas nuevas circunstancias.

“Es una práctica insolidaria e incívica, porque ese aviso permitirá a un conductor bebido eludir el control y provocar un siniestro grave en cualquier otro punto en el que podrán verse afectados ciudadanos inocentes”, dijo Grande-Marlaska en la presentación de la campaña de verano de la DGT. Estas advertencias –añadió– suponen “un ataque a la línea de flotación de una política contra el alcohol en la conducción, que es un elemento básico y fundamental de la política de seguridad vial, porque salva vidas”. 

Grupos de WhatsApp y Telegram

El problema surge de la colaboración ciudadana y de aplicaciones como Social Drive o Waze; redes que nacieron para señalar problemas circulatorios o accidentes de tráfico y terminaron dando especial relevancia a los avisos sobre los radares o la presencia policial en las vías.

La explosión de estos grupos llegó con la pandemia y los cambios tecnológicos. WhatsApp permite ahora grupos de hasta 1.024 miembros y Telegram, de 200.000. “El 90% de los mensajes que se cruzan en esos grupos son de tráfico. Son muy dinámicos porque van radiando los movimientos de las patrullas. En realidad, los guardias civiles hemos pasado de controlar a ser controlados y es la lucha que tenemos día a día”, afirma en la revista Tráfico y Seguridad Vial el teniente coronel Antonio Hidalgo Romero, máximo responsable de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia. 

“Este es un fenómeno extendido por toda España, aunque en Galicia lo sufrimos especialmente porque la población aquí está muy diseminada y nuestra red de carreteras es como una telaraña, con cruces continuos, por lo que es muy fácil evitar un control si estás avisado de su ubicación”, añade Romero en la publicación de la DGT.

El éxito de estas redes se aprecia en el fracaso de los controles. “[Los grupos] son muy efectivos, muy estructurados y funcionan por comarcas”, reconoce Hidalgo. “Pillar a alguien de entre 18 y 25 años en un control es casi un milagro [por su dominio de las redes sociales]. Antes, el tramo de edad en el que más denuncias había era el de 25-34 años. A partir de 2018, con el auge de estos grupos, todo cambió. Ahora el grupo entre 25-34 años es uno de los que menos denuncias tienen, pero los que contabilizan más muertes”, se lamenta.

Controles de tráfico más cortos

Como respuesta, la Guardia Civil y la DGT han encontrado dos líneas. Por un lado, reforzar la concienciación para hacer entender que esos foros alertan de la acción policial a los delincuentes (aunque sus delitos no tengan que ver con la seguridad vial). 

whatsapp radares

La segunda vía es modificar los sistemas de vigilancia. Así, la Guardia Civil ha empezado a ensayar los controles exprés, dispositivos que se activan durante 15 minutos y se trasladan a otro lugar, para que no haya tiempo de reacción tras los avisos por WhatsApp y Telegram. A la vez, los agentes juegan más a menudo con el factor sorpresa: mediante “controles dinámicos”, paran a los vehículos de forma aleatoria: en cualquier momento y en cualquier lugar puede haber un control itinerante.  

Entre tanto, la DGT tiene a punto cambios para el artículo 77 de la ley de tráfico (que establece las infracciones muy graves de la norma, castigadas de modo genérico con 500 euros de multa) con el fin de “sancionar a quienes proporcionen información que dificulte o impida la labor de control de los incumplimientos de las normas de circulación”. “El texto está, lo tenemos y vamos a prohibir la información de los controles de alcoholemia”, apuntó Pere Navarro en el mismo foro. El propio desarrollo del proceso legislativo ralentizará la entrada en vigor de esta nueva infracción, pero el camino está marcado.

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