Con una carita enfadada y un breve mensaje de texto (“PELIGRO”), los radares pedagógicos han conseguido que los conductores vayan más despacio en algunos tramos de carretera con niveles más altos de siniestralidad. Hay casos de éxito certificados con datos, como los que acredita la Diputación de Tarragona en dos puntos de su red viaria.
Este tipo de dispositivos se apoyan en un esquema mental que funciona por una inercia casi infantil: miedo a un posible castigo – reacción – alegría por el premio. O mero alivio por haber evitado la represalia. Es el fundamento de los radares pedagógicos, cada vez más presentes en las vías interurbanas y en las calles de las ciudades: alertan del exceso de velocidad o dan las gracias a quien respeta los límites.
La travesía de la carretera N-501 a su paso por la localidad de Aveinte, en Ávila, es el último punto en que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha instalado dispositivos de este tipo. Su objetivo “es ayudar a los conductores a moderar la velocidad, evitar las multas y mejorar las condiciones de seguridad vial de los peatones en las travesías”.
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En las palabras del subdelegado del Gobierno en Ávila, Fernando Galeano, en la inauguración de los radares pedagógicos en enero, está la respuesta a las dudas de muchos conductores: ponen en alerta al automovilista y avisan de un posible exceso de velocidad, pero no multan.
Radares pedagógicos: alertas en rojo
Cuando un vehículo se aproxima, estos radares detectan su velocidad y la muestran al instante al conductor. Si es la adecuada para la vía, se notifica en verde; si sobrepasa el límite, aparece en rojo. Las pantallas de los radares pedagógicos utilizan tecnología led de alto brillo, visible tanto de día como de noche, y se alimentan con energía solar.
Además, pueden registrar las velocidades medias y máximas de los vehículos y el volumen del tráfico con el fin de tomar posibles medidas para mejorar la seguridad vial.
Pajares de Adaja, Santo Domingo de Las Posadas, El Barraco y San Pedro del Arroyo, localidades de Ávila, han estrenado también este año los dispositivos del ministerio en las carreteras N-403 y N-501.
Controles de velocidad en Tarragona
Los radares pedagógicos se utilizan desde hace años para invitar a una reducción de la velocidad. Se ubican siempre en travesías, en tramos de carretera peligrosos y en zonas urbanas. En ocasiones se usan temporalmente en tramos en obras.
Cuatro de ellos los estrenó la Diputación de Tarragona en diciembre de 2022. Dos en la travesía de La Pineda (Vila-seca, en la TV-3146) y otros dos en la Pobla de Montornès, en una curva de la T-214 limitada a 50 km/h y con habituales salidas de vía.
En ese punto, los radares pedagógicos han logrado reducir la velocidad media de paso a 49,63 km/h. Cuando ven el radar, los conductores levantan el pie: el descenso de velocidad es en promedio de 8,72 km/h. “Durante el 2023, año en que ha funcionado el radar, no tenemos constancia de accidentes en este punto”, aseguran desde la Diputación.
También han funcionado en La Pineda, con una limitación de 30 km/h, aunque con menor espectacularidad: la velocidad media de circulación es de 30,87 km/h y la reducción, de solo 0,88 km/h. “Se respeta bastante el límite de velocidad incluso antes de ver el radar, la mayoría de vehículos circulan a la velocidad adecuada”, resume el organismo.
Radares pedagógicos en Barcelona
Estos dispositivos son habituales, además, en las vías urbanas, y se han instalado en decenas de municipios españoles. El Ayuntamiento de Barcelona puso en funcionamiento 28 de ellos el 1 de diciembre de 2023, colocados casi todos en tramos con un límite de 50 km/h. Tres de ellos vigilan la velocidad de los coches en calles limitadas a 30 km/h.
Como el resto de radares pedagógicos, “la particularidad es que miden e informan de la velocidad, pero no sancionan”, explica el Consistorio. La instalación forma parte del plan municipal para controlar mejor los límites de velocidad “en puntos donde se ha detectado una siniestralidad especial o en entornos escolares”.
El objetivo de la medida es “sensibilizar a los conductores”, pero los datos recogidos permitirán tomar decisiones para la gestión de la movilidad.
El carácter informativo de los radares pedagógicos se aprecia en su propio diseño, con emoticonos y colores llamativos, como en los que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible estrenó en Burgos en febrero de 2023, en las travesías de la N-234 en las localidades de Cuevas de San Clemente, Barbadillo del Mercado y Hontoria del Pinar.
Cuando la velocidad a la que circula es la correcta para la vía, aparece su valor numérico en color verde con el mensaje de texto “GRACIAS”. En cambio, cuando la velocidad es excesiva, la pantalla indica “PELIGRO” y en rojo se muestra la velocidad, alternada con una señal de peligro.
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