Entre las 80.000 piezas de media que tienen los coches, todas tienen un cometido que, en mayor o menor medida, puede generar un problema para que el coche deje de circular. Una de las más repartidas por el coche, más allá de tornillos, tuercas y cables, son los rodamientos. No hay muchos de ellos en un coche, la media ronda los 36, pero realizan una función muy importante.
En la columna de dirección se localizan en torno a 10 rodamientos, unos seis en la caja de cambios, alrededor de tres en la distribución del motor y solamente dos en la suspensión. Aunque en este artículo se va a poner la lupa en los más comunes: los cuatro que lleva en las ruedas, uno por cada una de ellas, que también se denominan cojinetes.
Estos cojinetes son uno de los responsables de que las ruedas emitan un ruido sordo o chirriante. Además, pueden ser también responsables de que se desgasten los neumáticos de manera desigual, generando problemas para la seguridad mientras se conduce. Lo más inteligente es cambiar estos rodamientos de las ruedas, ya que no son piezas caras, e incluso con algo de maña y conocimiento se puede hacer sin pisar un taller especializado.
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Cojinetes de las ruedas
Un rodamiento transmite a un bastidor las cargas procedentes del eje rotatorio utilizando elementos rodantes —bolas o rodillos— confinados entre dos anillos provistos de surcos de rodadura para permitir su giro. Como se ha comentado, los cojinetes de las ruedas (ubicados tanto en el eje delantero como en el trasero) permiten que estas faciliten el giro empleando el mínimo rozamiento y fricción.
Justo en el centro de la rueda del automóvil se encuentra el buje. Este buje es donde va fijada la rueda con sus correspondientes tuercas. Dentro del buje se ubica el cojinete de la rueda. La vida útil de los rodamientos de un vehículo se sitúa entre los 130.000 y los 180.000 kilómetros, aunque los expertos aconsejan revisarlos cada año para prevenir pequeños problemas que acaban convirtiéndose en uno mayor.
Qué causa el ruido de los cojinetes
De una manera sencilla se puede explicar el desgaste como un problema de materiales. El metal de la zona interna del rodamiento se desgasta y comienza a fallar, generalmente haciendo ruido en el proceso. Esta situación se acelera cuando entra suciedad y arenilla en el rodamiento o si la grasa del interior se sale. En ese caso, el sello del cojinete está comprometido y no realiza su labor correctamente.
Asimismo, el conductor también puede notar un chasquido y vibraciones en el volante, debido a que el cojinete desgastado transmite este pulso hasta la columna de dirección, permitiendo que el volante se tambalee. Para conocer qué cojinete es el que está desgastado, existe un truco muy sencillo. Basta subir el coche a un gato hidráulico y hacer girar las ruedas: la que produzca el ruido sordo es la que tiene el rodamiento desgastado y se debe cambiar por uno nuevo.
Desgaste prematuro de los cojinetes
Para alargar la vida útil de los rodamientos de las ruedas, se deben evitar ciertas situaciones, en la medida de lo posible, cuando se circula con el coche. En primer lugar, llevar mucha carga de manera habitual hace que los cojinetes sufran.
Tampoco es aconsejable instalar unas llantas de diferente tamaño en el automóvil, aunque estén homologadas. Lo mismo sucede con unas suspensiones más rígidas; al estar los cojinetes sometidos a mayores fuerzas, el desgaste es más rápido.
Por último, también influye sobremanera la forma de conducir. Al manejar el coche de una forma deportiva, todo el conjunto de piezas está sometido a un mayor estrés, redundando en el desgaste prematuro, incluidos los cojinetes de las ruedas. Además, se debe evitar subir o bajar bruscamente de los bordillos y pasar a alta velocidad y sin precaución por los baches y badenes de la vía. Este gesto desgasta muy rápido los cojinetes de las ruedas.
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