Ahorrar gasolina no depende solo de una cifra oficial homologada: las estrategias de conducción eficiente son las que permiten acercarse a ese dato que el fabricante destaca en su catálogo. Evitar acelerones, no abusar de las marchas cortas, llevar los neumáticos en buen estado… ¿Y apagar el motor en los semáforos?
El sistema Start&Stop, que incorporan una gran cantidad de modelos actuales, soluciona el problema: detiene el motor automáticamente en atascos, semáforos… Pero ¿qué pasa en los coches que no disponen de ese sistema? ¿Es igual de eficaz apagar el motor manualmente?
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¿Mito o realidad?
Un estudio de la organización Sustainable America afirma que sí. Si el motor va a estar más de 10 segundos al ralentí (en punto muerto y sin acelerar), merece la pena desconectarlo: el gasto extra que supone arrancarlo se compensará con el ahorro por haberlo tenido apagado.
Algo que refuerza con algunos datos: en Estados Unidos, cada conductor pasa al día 16 minutos al ralentí y apagar el motor supone un ahorro de entre 121 y 242 litros al año.
Juan Pedro García Arquero, responsable del Departamento Técnico de Hyundai, asegura que “siempre que el coche esté parado, va a ahorrar. Si está parado, deja de consumir y, cuanto más tiempo esté parado, mayor es el ahorro”.
Añade, además, que “es una leyenda eso de que el motor consume más al arrancar que estando al ralentí. Cuando está frío, sí que inyecta algo más de combustible para compensar la condensación, pero en cuanto se calienta, y eso ocurre enseguida, inyecta la cantidad justa”.
Los contras de este truco
Esta técnica, eso sí, tiene ciertos matices: “Hay una frontera [que no está definida] en la que el ahorro de combustible compensa los posibles problemas derivados de apagar y arrancar el motor constantemente”.
El motor de arranque puede verse afectado porque está diseñado para un determinado número de ciclos: unos 50.000, aproximadamente. “Si alguien usa el coche a diario, apaga y enciende el motor 20 veces diarias. En siete años alcanza ese número de usos y está comprometiendo la vida útil del motor. En los modelos con Start&Stop, por el contrario, el número de ciclos se multiplica por seis”.
No hay que olvidar el papel que la batería juega en todo este proceso. Una convencional “se descargará mucho más fácilmente y terminará sufriendo. Y el coste de cambiarla puede que no compense el ahorro de combustible”.
¿Y una asociada al sistema Start&Stop? Son baterías de gel “con mayor densidad energética, capaces de conservar mejores prestaciones durante un período más amplio. Además, incluyen un sensor que detecta el estado de carga. Si se encuentra por debajo del 80%, el Start&Stop no detiene el motor para evitar problemas”.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).