Los viajes en coche, sobre todo los largos, se pueden convertir en auténtico reto para aquellas personas propensas a sufrir cinetosis. O lo que es lo mismo: aquellos pasajeros que se marean dentro de un vehículo. Además de trucos para evitarlo, hay un asiento ideal para ellos.
El mareo que pueden sufrir los pasajeros de un coche se denomina, también, cinetosis. No sólo aparece en los viajes en coches: también en los que se llevan a cabo por mar, aire, tren y en atracciones. Sus síntomas son náuseas y vómitos, que son consecuencia de la aceleración y desaceleración lineal y angular de manera constante.
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Los sistemas vestibular, visual y propioceptivo
Para comprender qué asiento es el más adecuado para evitar mareos en el coche, hay que saber cómo y por qué se produce esta situación. Los sistemas vestibular, visual y propioceptivo son los mecanismos que el cuerpo tiene para orientarse espacialmente y, en consecuencia, ubicarse en el escenario donde se encuentra.
- Sistema vestibular. El sentido del equilibrio, ubicado en el oído interno, está formado por los canales semicirculares (identifican las rotaciones) y los otolitos (reconocen la aceleración lineal y la gravedad). Forma parte del sistema vestibular y es clave para mantener la posición del cuerpo, además de informar al cerebro de cuándo se mueve.
- Sistema visual. El sistema vestibular se complementa con el visual para afinar la orientación espacial de la persona.
- Sistema propioceptivo. Emplea los sensores que una persona tiene en los músculos, tendones y articulaciones para conocer la posición y la fuerza que genera cada movimiento que hace.
Los mareos en el coche
Un medio de transporte es un desafío para estos tres sistemas y, en consecuencia, para la orientación espacial de una persona porque alteran su capacidad de situarse en el espacio.
En un coche, el sistema vestibular avisa de que está en movimiento, el visual proporciona la visión de un punto fijo y el propioceptivo informa de que el pasajero está quieto en el habitáculo. ¿El resultado? El cerebro recibe informaciones contradictorias y se crea un conflicto. O lo que es lo mismo: el mareo.
El asiento donde menos mareos se sufren
En el interior del coche, hay un asiento donde los mareos son menos frecuentes: el del copiloto. ¿La razón? La persona que lo ocupa tiene un campo de visión más amplio, que le permite ver cómo el horizonte se mueve poco a poco. De esta manera, el cerebro recibe, a través de ojos y oídos, información parecida de la velocidad y la dirección.
Normalmente, el conductor no sufre cinetosis porque su cerebro sabe cuál va a ser el siguiente movimiento del vehículo. Las cosas cambian en la fila trasera, ya que es la más conflictiva con, eso sí, diferencias entre sus asientos.
Si el coche es de cinco plazas, la trasera central es la más segura para las personas que se marean. Igual que ocurre con la del copiloto, desde ella es posible contemplar cómo se mueve el paisaje y, por lo tanto, el cerebro no recibirá datos contradictorios. Las dos plazas de los extremos son las menos recomendables para quienes sufren cinetosis.
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