Un temporal de frío golpea gran parte de la Península, lo que trae rápidamente a la mente de los ciudadanos los recuerdos de la no tan lejana Filomena. Los conductores tienen muchas dudas a la hora de coger el coche, y una de las más recurrentes es si hay que desconectar o no, en la nieve, el control de estabilidad y el control de tracción.
El control de estabilidad recibe diversas denominaciones según la marca, pero lo normal es que se llame ESC o ESP. Y hay que saber que este sistema agrupa a otros como el control de tracción, que evita que las ruedas patinen al acelerar, ya sea por exceso de potencia o por falta de agarre del suelo.
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Al circular sobre nieve, y como norma general, todos los sistemas deben estar conectados. Solo para superar situaciones concretas conviene apagar el de tracción, pero no el de estabilidad. El botón es el mismo, y lo habitual es que una primera pulsación desconecte el control de tracción, y otra más larga, el de estabilidad (aunque cada vez menos modelos lo permiten).
El control de estabilidad mantiene el coche bajo control, impidiendo derrapes u otras situaciones de riesgo, ya sea por error de cálculo del conductor (entrar en una curva más rápido de lo debido) o por una pérdida repentina de adherencia (hielo en mitad del giro). Y su aportación sobre nieve es incuestionable.
Para iniciar la marcha, sí
Una de las excepciones a la norma. Si se quiere iniciar la marcha sobre nieve, y el coche no sale, sí sería conveniente desactivar el control. de tracción, porque así el sistema no cortaría la potencia del motor y la suma del patinaje de la rueda y la fuerza de empuje podrían ayudar a desbloquear el vehículo.
Aunque lo primero, como siempre, sería poner neumáticos de invierno adecuados, o incluso específicos de nieve. Con ellos, incluso, puede que no haga falta ni apagar el control de tracción.
Con cadenas, también
Otro supuesto en el que conviene desactivar el control de tracción. Si se circula con cadenas, los sensores del eje de ruedas sobre el que se monten (siempre, el de tracción, y en los coches 4×4 el delantero) mandarán lecturas diferentes al del otro, y la electrónica de supervisión podría fallar. Desconectando el control de tracción se evita la posible incidencia.
El control de estabilidad, nunca
Sin embargo, no es recomendable nunca apagar el control de estabilidad (si es que el coche deja), porque, aunque irá reteniendo al vehículo, cortando la potencia y frenando las ruedas, proporcionando en definitiva un manejo algo engorroso, su aportación en seguridad es vital y compensa siempre, porque lo hará mejor que la inmensa mayoría de conductores, profesionales incluidos.
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