Con 11.248 radares repartidos por su red de carreteras, que abarca 484.688 kilómetros, es el país europeo con más dispositivos de este tipo. No en vano, según los datos de SCBD (una empresa especializada en localización de cinemómetros) hay 23,2 por cada 10.000 kilómetros. Esto va a cambiar con la nueva normativa.
Italia acaba de estrenar una regulación que va a suponer la desaparición de muchos de los radares que vigilas sus carreteras. Entró en vigor el 12 de junio y los dispositivos tendrán un año para adaptarse a la nueva norma: si no lo hacen, serán retirados.
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El principal objetivo de la normativa pasa por proteger a los conductores. Matteo Salvini, ministro de Transporte, argumenta que con ella terminará el abuso de estos dispositivos. Desde su punto de vista, en Italia, los radares tienen un fin lucrativo y no se emplean para incrementar y mejorar la seguridad vial.
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Bild da una serie de cifras que apoyarían este punto de vista. En 2024, la recaudación de todo el país ascendió a 1.700 millones de euros. Milán, por ejemplo, ingresó 200 millones procedentes de las multas impuestas por los radares. Localidades con pocos habitantes vieron cómo sus arcas recibían cientos de miles de euros.
Italia y su nueva normativa de radares
La nueva normativa de radares de Italia tiene varios puntos de atención. Uno de los más llamativos es la prohibición de instalar estos dispositivos en aquellos tramos donde ya hay una considerable reducción del máximo general de la vía o donde el límite ya es lo suficientemente bajo.
Por otro lado, no estarán permitidos en aquellos puntos donde el límite sea inferior en más de 20 km/h al general. Por ejemplo: si en una zona de una autovía (130 km/h), el máximo se reduce a 100 km/h no se pueden instalar cinemómetros. Lo mismo pasará en las secundarias limitadas a 50 en lugar de a 90 km/h.

Distancia mínima y avisos
Por otro lado, ahora los radares en Italia deberán estar situados a una distancia mínima que variará en función del escenario
- Autopistas: cuatro kilómetros.
- Vías principales interurbanas: tres kilómetros.
- En las demás carreteras: un kilómetro.
- Zonas urbanas: 500 metros.
Finalmente, la presencia de cualquier radar deberá anunciarse, obligatoriamente, con una señal de tráfico. En las zonas residenciales, además, el aviso tendrá que llegar, como mínimo, con un kilómetro de antelación y fuera de ellas, con cuatro.
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