Desde del 1 de enero de 2023, los municipios de más de 50.000 habitantes deben contar por ley con Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) para restringir el movimiento de los coches más contaminantes.
Cuando todas estén activas, afectarán en potencia a 10 millones de coches, aquellos sin etiqueta ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT). Un volumen suficiente como para que la implantación de las ZBE preocupe a muchos conductores.
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¿Qué pide la OCU?
Y, ante el general desconocimiento de los automovilistas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una lista con siete maneras de mejorar las ZBE.
Las etiquetas medioambientales de la DGT son la vara de medir para acceder a las zonas de bajas emisiones y la OCU pide un cambio importante en ellas: que se establezcan no por la tecnología del motor, sino por las emisiones reales de los coches.
Esta asociación alega que las cifras homologadas no se corresponden con la realidad. Como ejemplo, menciona el caso de los híbridos enchufables de alta potencia: cuando consumen su batería eléctrica, emiten mucho más dióxido de carbono (CO2) que un modelo de gasolina o diésel moderno de gama media, aunque esté sin electrificar.
Otra medida que recomienda es que incluso a los coches sin etiqueta se les deje acceder a las ZBE de manera circunstancial, con un número limitado de accesos anuales. La OCU apunta a tres, que podrían ser usados en casos de necesidad; por ejemplo, para ir a un servicio médico de urgencia.
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Dado que es una medida nueva para la mayoría de conductores, también se apunta a que es necesario mejorar la información en varios frentes.
Para empezar, se sugiere establecer una información centralizada de las características básicas de las 149 ZBE de España, que aporten datos como su extensión, qué coches tienen acceso, la comunicación con el transporte público o sus accesos.
Esto último también lo recalca demandando que se señalen de manera mucho más clara y visible. En opinión de la OCU, “la mayoría de las sanciones en las zonas ya activadas son como consecuencia del desconocimiento del conductor o una mala señalización”.
Ofrecer alternativas
La prohibición del acceso a los coches más contaminantes tendrá consecuencias positivas para el medioambiente, pero limita mucho la movilidad de una enorme cantidad de ciudadanos. Desde la OCU demandan que se emprendan acciones para ofrecerles alternativas.
La primera de ellas es llevar a cabo la construcción de estacionamientos disuasorios en los límites de las ZBE, gratuitos y que estén cerca de conexiones que permitan ir al centro mediante transporte público.
La segunda es impulsar tanto este como el desplazamiento en bicicleta, mejorando las redes de carril bici existentes o creando nuevas.
Por último, sugiere que las ayudas del Plan Moves III se amplíen y que pasen a incluir también la compra de coches de segunda mano con etiqueta ECO o Cero, ya que no todo el mundo puede permitirse adquirir uno nuevo.
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