Lavar el coche es algo necesario, no solo por cuestiones estéticas, sí por seguridad. La suciedad acumulada puede dificultar la visión del conductor o incluso influir en el comportamiento del coche. Por eso, conviene limpiarlo de manera regular, además de antes y después de los viajes largos.
Las opciones para hacerlo son varias: desde llevarlo a empresas de lavado profesionales hasta utilizar una estación de lavado, pasando por los autolavados. Sin embargo, hay una última alternativa que es la más económica, el lavado del coche a mano.
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Lavar el coche en la calle
Lo primero que se debe tener en cuenta es que no se puede lavar el vehículo en la calle, puesto que existe el riesgo de recibir una multa por ensuciar la vía pública. Sin embargo, si se dispone de una parcela o de un aparcamiento privado, no habrá problema.
Aunque pueda parecer un proceso sencillo, que lo es, hay algunos trucos o consejos que se pueden aplicar para que el automóvil se quede como nuevo.
Lavado de coche a mano: productos
Lo óptimo es tener como mínimo dos cubos, uno con agua y jabón y otro con agua limpia para aclarar. Si se puede sumar un tercero en el que aclarar las esponjas, todavía mejor. También hay que contar con varias unidades de éstas, para reemplazarlas conforme vayan cargándose de suciedad, y varios trapos de microfibra.
A la hora de elegir jabón, la preferencia es que sea uno específico para carrocerías, pero si no basta con uno neutro. También conviene usar un limpiacristales y, si puede ser, un producto específico para las llantas, así como abrillantador.
Cómo lavar el coche a mano
Lo primero es buscar un lugar fresco, siempre que sea posible, o en el que, como mínimo, a la sombra. Los rayos del sol secarán el jabón más rápido de lo deseado y pueden dejar marcas en la pintura o en las llantas.
Si la carrocería tiene salitre o arena, conviene eliminarlos antes de empezar para evitar arañazos. La manera más sencilla de hacerlo es con una lanza de aire a presión. También se debe prestar atención a excrementos de pájaros, puesto que son muy corrosivos y afectan a la pintura.
Un punto por el que empezar la limpieza son las llantas. Estas acumulan suciedad de la carretera, pero también partículas de las pastillas de freno y grasa. El primer paso es limpiarlas con agua y aplica el producto específico, que deber actuar durante unos minutos. Después, se retira con una bayeta y se aclara con agua.
Limpieza de la carrocería
Pasando a la carrocería, el primer paso es mojarla entera, de manera que se quite la suciedad superficial y que se humedezca la que esté seca, lo que facilitará el proceso posterior. Acto seguido, se debe mojar la esponja en el cubo de agua con jabón y empezar a frotar. Siempre desde arriba, puesto que la gravedad hará su trabajo y arrastrará la suciedad hacia el suelo.
Una vez enjabonado todo el coche, toca aclarar. Se puede hacer con cubos de agua, pero que será más sencillo con una manguera.
El último paso es secar el coche. Dejarlo al aire no es una buena idea, porque se secará de manera irregular y es posible que queden marcas. Hay que utilizar un paño o toalla de microfibra y realizar varias pasadas por la superficie hasta que quede completamente seco.
En el caso de las ventanillas, además, se puede emplear un limpiacristales para mejorar el acabado.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.