Que los frenos de tu coche emitan un chirrido no significa que haya que llevar el vehículo al desguace, pero, tampoco es algo que debe tomarse a la ligera. Este ruido, aunque a veces se pase por alto, puede ser la primera voz de alarma de un problema que, si se ignora, podría derivar en una avería seria con consecuencias mucho más allá de la factura del mecánico.
Como cualquier mecanismo con piezas en movimiento, el sistema de frenado de los vehículos sufre el desgaste del tiempo y del tipo de uso. Si las revisiones periódicas brillan por su ausencia, los chirridos pueden ser la punta del iceberg que deriven en problemas mayores. Solo hay que imaginar esta situación: pisar el freno en un momento crítico y que no responda. Mantener los frenos en buen estado es crucial para la seguridad propia y la de los demás usuarios.
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Entonces, ¿cuál es la cusa de eso sonido en los frenos? Principalmente, la fricción entre el disco y la pastilla. Con el tiempo, la acumulación de suciedad o la presencia de pequeñas partículas que se cuelan desde la carretera pueden intensificar esta fricción, generando tan molesto chirrido. Prestar atención a estos ruidos es el primer paso para evitar males mayores y asegurar una frenada eficaz en todo momento.

Chirrido en los frenos
Terminar con la suciedad en el sistema de frenado no es un arreglo complicado. Tan solo hay que eliminar esos restos, sobre todo los aceites con algún producto limpiador que se puede encontrar en negocios especializados del automóvil, grandes superficies o tiendas de comercio electrónico. Sus precios no superan los 10 euros.
Otras causas achacables al chirrido cuando se frena son el desalineamiento o el mal ajuste. Para solucionarlo, habrá que pasar indudablemente por el taller, igual que si se produce el cristalizado de las pastillas de freno.

Maltrato sistemático
Que las pastillas de freno cristalicen se debe a los frenazos bruscos y al abuso de las frenadas fuertes y largas. Por ejemplo, un descenso pronunciado en un puerto con el pie sobre el pedal del freno constantemente puede originar este hecho.
Bajo estas circunstancias, el ferodo de la pastilla (el material que está en contacto con el disco) excede su temperatura ideal de trabajo y cristaliza la superficie de contacto con el disco. Esta circunstancia también afecta a la temperatura del propio disco. Al aumentar, reduce drásticamente la capacidad de frenado.

Cómo evitar el chirrido
Son tres los puntos sobre los que hay que poner el foco a la hora de realizar un buen mantenimiento del sistema de frenado para que no se reproduzcan los molestos chirridos.
- Humedad: cuando el sistema de frenos ha cogido humedad, la manera más sencilla de eliminarla es haciendo que suba momentáneamente la temperatura de trabajo, pisando repetidamente y hasta el fondo el pedal de freno. Al elevar la temperatura la humedad se disipa.
- Suciedad: un sistema de frenado sucio solo se puede recuperar limpiándolo. El mantenimiento y la limpieza exhaustiva tienen que ser periódicos para asegurar que nunca se pierde eficacia de frenado.
- Componentes: los elementos de recambio que componen el sistema de frenado tienen que ser de la mejor calidad. Al sustituir estas piezas (pastillas, discos, líquido…) no se debe escatimar dinero y usar artículos baratos. La mala calidad puede poner en peligro la conducción.
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