Desde el año 2022, todos los automóviles nuevos están obligados a integrar sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS). Estas tecnologías están diseñadas para incrementar la seguridad en carretera, brindando apoyo al conductor en momentos clave. Con su implementación, se busca reducir de forma drástica la siniestralidad. Uno de los sistemas clave es el frenado automático de emergencia, que se activa cuando se detecta un riesgo inminente y el conductor no reacciona a tiempo.
Este sistema de frenado de emergencia toma el mando del vehículo cuando percibe una amenaza, ayudando a prevenir accidentes. Un conjunto de sensores y un sistema de control central monitorean la situación constantemente y deciden cuándo actuar. A pesar de su creciente presencia, es vital que el conductor sepa cómo frenar de manera segura ante cualquier imprevisto.
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Uno de los elementos más relevantes en estas situaciones es la distancia de frenado. Este término se refiere al trayecto que recorre el coche desde que se accionan los frenos hasta su detención completa. Factores como la velocidad, el peso del auto, el estado de los neumáticos y amortiguadores, así como las condiciones del pavimento, influyen directamente en esa distancia.

Tiempo de reacción
Además de la distancia de frenado, la distancia de seguridad y la distancia de reacción son igualmente importantes. Respetar estas distancias es esencial para evitar accidentes. La distancia de seguridad es el espacio que debe existir entre el vehículo y el que te precede. El tiempo de reacción es el tiempo que tarda un conductor en responder ante una situación imprevista.
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Es considerable tener en cuenta que condiciones como la lluvia, el hielo o el asfalto en mal estado pueden duplicar la distancia de frenado. Por ello, es significativo adaptar la velocidad a las condiciones de la vía y mantener una distancia de seguridad adecuada. Cabe recordar que la prevención es la mejor herramienta para evitar accidentes.

Lo que dice el experto
EL MOTOR ha recabado la opinión de un especialista en la materia para que ponga fin a la eterna duda de si se debe pisar también el pedal del embrague, a la vez que el del freno, a la hora de realizar una frenada de emergencia. La voz autorizada ha sido la de Ernesto Nava, director Escuela RACE de Conducción.
Para empezar, define la complejidad de la operación: “En una frenada de emergencia, el conductor quiere que el coche se detenga lo más rápido posible, por eso hay que pisar a fondo el pedal de freno desde el principio. Debe reaccionar lo más rápido posible ante cualquier imprevisto. Por ejemplo, a 130 km/h en un segundo se recorren 36 metros, eso son entre ocho y nueve coches puestos en fila. Muchos metros por segundo”.
“Desembragar (pisar el pedal del embrague) sigue siendo crucial, incluso con ABS. Antes, el bloqueo prolongado de las ruedas podía calar el motor, provocando la pérdida de dirección o estabilidad del vehículo. En un coche de tracción delantera, esto se traducía en una pérdida de control, mientras que en uno de tracción trasera, podía provocar un trompo”, añade Nava.

Sistema ABS de frenos
El experto alude también a la aportación de la tecnología: “Con la llegada del ABS, los bloqueos de ruedas se minimizaron, pero la electrónica del motor ayuda a evitar que se cale, aumentando ligeramente el régimen de giro. Sin embargo, esta acción contrarresta el objetivo de detener el vehículo rápidamente. Tanto con ABS como sin él, el conductor debe pisar simultáneamente, desde el principio y a fondo, los dos pedales: embrague y freno”.
Y continúa: “Al desembragar, eliminamos la fuerza motriz que actúa sobre las ruedas, permitiendo que los frenos trabajen de forma más eficiente y directa para detener el coche. Es decir, al quitar el empuje del motor, los frenos pueden concentrarse en su función principal. Lo más importante es evitar que el coche se cale, por lo que siempre se debe pisar también el embrague”.
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