Se trata de una modificación legal que aún tardará unos meses en llegar, pero supondrá un cambio definitivo: nada de alcohol al volante. El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha precisado varias veces que la nueva tasa de 0,2 gramos de alcohol por litro de sangre (0,1 miligramos por litro de aire aspirado) equivale a “tolerancia cero”, así que lanza una advertencia a los conductores: “No se puede beber absolutamente nada”.
Navarro lo explicó ya hace unas semanas en una entrevista con la agencia Efe que la rebaja de 0,5 a 0,2 gramos por litro se materializará lo antes posible, pero probablemente no este año.
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El último paso lo dio hace nueve días el Congreso de los Diputados, cuando aprobó la proposición de ley del PSOE que cambiará la normativa de Tráfico y dejará la tasa en 0,2 gramos (0,1 miligramos en el alcoholímetro). Esta modificación, dice el texto, persigue que los ciudadanos “puedan ejercer con seguridad su derecho a la libre circulación sin ver comprometidas su vida y su integridad física”.
Como referencia para establecer la nueva tasa, la DGT se ha fijado en países como Suecia y Noruega, referentes en este campo y cuyo límite es también un 0,2. La medida, por otra parte, es coherente con el mensaje que históricamente ha lanzado el organismo: “Si bebes, no conduzcas”. El lema de la última campaña de concienciación iba en ese mismo camino: solo cero tiene cero consecuencias.
¿Por qué la DGT no fija una tasa de alcohol 0,0?
Entonces, ¿por qué la DGT no deja la tasa máxima en 0,0? La mirada de Tráfico se va a esos países de referencia en el terreno de la seguridad vial, pero, además, ciertos procesos digestivos pueden generar niveles de alcohol en sangre en algunas personas. “Técnicamente nos podría crear algún conflicto”, reconoce el director general de Tráfico.
Navarro rechaza que la rebaja del límite a 0,2 (0,1 en el alcoholímetro) vaya a crear confusión entre los conductores, ya que con esa tasa máxima algunos conductores podrían pensar que tienen margen para beber, y no es así. Sin embargo, sostiene, “el ciudadano lo entiende y responde” si se explican bien las cosas.
“Es absurdo el debate de una cerveza sí, dos no, o una copa de vino sí y dos no. Puedes beber lo que quieras, pero no si vas a conducir, no”, ha insistido Navarro, que señala el buen acogimiento de la medida.
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