La popularidad de los coches híbridos ha crecido exponencialmente en los últimos años, gracias a la combinación de motores de combustión y eléctricos que ofrecen una conducción más ecológica y, por supuesto, económica al gastar menos combustible. Sin embargo, para aprovechar al máximo sus beneficios, es fundamental adoptar hábitos de conducción específicos. Uno de los más importantes es evitar acelerar bruscamente y mantener una conducción suave.
Los vehículos híbridos están diseñados para optimizar el consumo de combustible mediante la interacción eficiente entre sus dos motores. Al acelerar de forma repentina, se demanda una potencia inmediata que obliga al motor de combustión a entrar en acción, incluso cuando el motor eléctrico podría haber gestionado la aceleración de manera más eficiente en condiciones normales. Este comportamiento no solo incrementa el consumo de combustible, sino que también reduce la autonomía eléctrica del vehículo.
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Conducción anticipada
Además, las aceleraciones bruscas pueden afectar negativamente la salud de la batería y otros componentes del sistema híbrido. Las baterías de los coches híbridos se recargan principalmente durante las fases de desaceleración y frenado, gracias a la recuperación de energía cinética. Una conducción agresiva limita estas oportunidades de recarga eficiente, lo que puede llevar a un desgaste prematuro de la batería y una disminución en su capacidad a lo largo del tiempo.
Por otro lado, una conducción suave y anticipativa permite que el sistema híbrido gestione de manera óptima la energía disponible. Al mantener una velocidad constante y evitar aceleraciones innecesarias, se maximiza el uso del motor eléctrico en situaciones de baja demanda energética, como en desplazamientos urbanos o a velocidades moderadas. Esto no solo reduce el consumo de combustible, sino que también disminuye las emisiones contaminantes, contribuyendo a una conducción más sostenible.

Energía recuperada
Es importante destacar que los sistemas de frenado regenerativo en los coches híbridos están diseñados para recuperar energía durante las frenadas suaves y prolongadas. Al frenar de manera gradual, se optimiza la cantidad de energía recuperada y almacenada en la batería, mejorando la eficiencia general del vehículo. Por el contrario, las frenadas bruscas dependen más de los frenos mecánicos tradicionales, desperdiciando la oportunidad de recargar la batería de manera efectiva.

¿Por qué no se deben apurar las marchas?
Cuando se apuran las marchas en un coche híbrido, acaba ocasionando efectos negativos. Estos son los más comunes.
- Mayor consumo de combustible: al acelerar bruscamente y apurar las marchas, se exige más al motor de combustión interna, lo que aumenta el consumo de combustible.
- Mayor desgaste del motor: una conducción agresiva puede generar un mayor desgaste en los componentes del motor, reduciendo su vida útil.
- Menor eficiencia energética: los coches híbridos están diseñados para optimizar la eficiencia energética. Al apurar las marchas, se interrumpe este proceso y se pierde parte de la energía que podría utilizarse para cargar la batería o impulsar el motor eléctrico.
- Mayor ruido y vibraciones: una conducción brusca puede generar un mayor nivel de ruido y vibraciones en el habitáculo, lo que disminuye el confort de los pasajeros.

¿Cómo se debe de conducir un híbrido?
Para sacar todo el partido de un coche híbrido, se recomienda seguir estos consejos.
- Acelerar suavemente: evitar las aceleraciones bruscas y mantener una velocidad constante.
- Anticipar las frenadas: levantar el pie del acelerador con anticipación y frenar suavemente para aprovechar la frenada regenerativa, que convierte la energía cinética en energía eléctrica para cargar la batería.
- Modos de conducción: muchos coches híbridos ofrecen diferentes modos de conducción (Eco, Normal, Sport, etc.). Se debe elegir el modo que mejor se adapte a las condiciones de conducción.
- Mantener una velocidad moderada: en carretera, hay que conducir con una velocidad comedida y sostenida, evitando las aceleraciones innecesarias.
- Revisar la presión de los neumáticos: asegurarse de que los neumáticos estén inflados a la presión correcta para reducir la resistencia a la rodadura y mejorar la eficiencia.
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