Conducir, llegar hasta el semáforo en rojo y continuar, a pesar del color que implica detenerse y no seguir. Es uno de los tantos ejemplos de cómo el cerebro a veces juega una mala pasada al conducir, funcionando en ‘modo automático’.
Lo que se describe se relaciona con un fenómeno psicológico conocido como automatismo o, más específicamente, conducción en ‘piloto automático’. Este fenómeno ocurre cuando se realizan tareas muy familiares (como la de ir al volante) de forma tan rutinaria que el cerebro entra en un modo repetitivo y la atención consciente disminuye.
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Esta forma de actuar también puede estar relacionado con otros síntomas:
1. Disociación leve
Es una forma de desconexión mental temporal. No es necesariamente patológica, pero puede hacer que no se sea plenamente consciente de las acciones. Por ejemplo, se puede llegar a casa sin recordar detalles del trayecto.
2. Ceguera por falta de atención
En inglés, llamado inattentional blindness. Aunque los ojos del conductor ven la luz roja, la atención está en otra cosa (pensamientos, preocupaciones, etc.), por lo que no se procesa conscientemente la señal.
3. Deslizamiento de hábito
También llamado habit slip. Esto ocurre cuando se hace algo por costumbre, incluso si no es lo correcto en ese momento. Por ejemplo, avanzar en un semáforo porque normalmente está en verde a esa hora.
¿Cómo evitarlo?
Para reducir estos episodios, los expertos recomiendan introducir pequeñas variaciones en la rutina, como cambiar de ruta ocasionalmente y asegurarse de estar bien descansado antes de conducir.
También es útil practicar la atención plena, realizar pausas en trayectos largos y eliminar distracciones como el uso del móvil. Incorporar chequeos mentales periódicos durante la conducción puede ayudar a reconectar con el presente y mantener la concentración.
En un entorno donde la seguridad vial depende tanto de la atención como de la habilidad, estos hábitos pueden marcar una diferencia significativa y en especial, ahorrar un susto, un mal rato y una tragedia.
Los coches también ayudan
Los fabricantes de automóviles han incorporado en los últimos años una serie de tecnologías avanzadas, conocidas como sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por sus siglas en inglés), con el objetivo de reducir los errores humanos al volante y mejorar la seguridad vial.
Estos sistemas están diseñados para asistir al conductor en tiempo real, especialmente en situaciones donde la atención puede disminuir. Entre las funciones más destacadas se encuentra el asistente de mantenimiento de carril, como se ve en el siguiente vídeo.
También destacan la frenada automático de emergencia y el control de crucero adaptativo, que ajusta la velocidad para mantener una distancia segura con el vehículo que circula delante.
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