La diferencia entre la gasolina 95 (también denominada gasolina normal o gasolina regular) y la gasolina 98 (también denominada gasolina súper o gasolina premium) hace referencia a su octanaje, es decir, la capacidad de antidetonación de la gasolina al comprimirse en la cámara de combustión.
¿Y qué es la antidetonación? Pues la capacidad que tiene de retrasar el punto en el que esa gasolina detona (prende) por la compresión a la que se somete.
Y es que por ese retraso en la detonación, se aumenta la capacidad para resistir la compresión y se aprovecha mejor la energía almacenada en la cámara de combustión del cilindro, con lo que se mejora el rendimiento.
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Esto cobra más sentido en coches de alto rendimiento o muy deportivos, que tienen unas mecánicas preparadas para ofrecer la mayor potencia disponible. En coches normales carece un poco de sentido, ya que no se nota prácticamente nada un aumento de potencia o de prestaciones y lo único que se resentirá será el bolsillo, dado el mayor precio de la gasolina 98.
Eso sí, algunos expertos sí que aconsejan llenar el depósito con esta gasolina de vez en cuando (una vez cada tres o cuatro meses) para ayudar a limpiar de carbonilla el motor y la suciedad que se acumula en la admisión y escape. Aunque casi todos coinciden en que la mejor forma de limpiar esa carbonilla es subir de vueltas el motor de vez en cuando.
¿Qué pasa si se mezcla gasolina 95 y 98?
Una de las diferencias que existen entre un motor convencional y otro de más rendimiento como los deportivos es su mayor relación de compresión, es decir la fuerza con la que comprimen la mezcla en sus cilindros antes de que se produzca la detonación por chispa. Por esta razón es por la que los motores de modelos muy potentes requieren utilizar una gasolina de octanaje superior. Lo recomendable es usar la gasolina adecuada para cada mecánica.
Mezclar ambos carburantes no supondrá ningún problema para el motor porque solo tendrá el efecto de reducir algo el poder antidetonante del E10 de 98. Pero esto solo sirve para motores posteriores a 1991, fecha a partir de la cual todas las mecánicas se hicieron compatibles para ambos.
Por lo tanto, si se ha mezclado ambos combustibles, no hay que hacer nada. Eso sí, en el próximo llenado lo recomendable es seguir utilizando el carburante recomendado por el fabricante del vehículo y que es el indicado en el interior de la tapa en la toma de combustible (o en el depósito de las motos, para las que también es aplicable todo lo dicho anteriormente).
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.