En el cuadro de instrumentos cada coche ofrece al conductor las informaciones necesarias para la conducción: medidores, niveles y testigos donde se refleja a tiempo real el estado y el funcionamiento de la mecánica. Algunos indican datos sobre por ejemplo la cantidad de combustible disponible, la temperatura del líquido refrigerante o alertan de una posible avería.
Pero los más importantes para el conductor están en el centro de la consola y su tamaño los destaca sobre los demás. Suelen tener forma de reloj y sus agujas indican con precisión dos variables fundamentales a la hora de conducir correctamente.
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En uno de ellos, que se llama velocímetro, el conductor puede saber de un vistazo la velocidad a la que circula en su vehículo medida en kilómetros/hora. Un dato de vital importancia para garantizar la seguridad sobre la carretera y también para cumplir correctamente con las limitaciones establecidas por el reglamento del tráfico.
Régimen de giro
Pero al lado del velocímetro y en otra esfera similar se presenta otro instrumento no menos importante y que a su vez permite controlar el correcto funcionamiento del motor. Se trata del tacómetro o también conocido popularmente como cuentarrevoluciones. En su caso también indica un valor de velocidad, pero esta vez se refiere a la del propio funcionamiento del motor.
La esfera del tacómetro en cuestión está dividida en números (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7…) que en la escala se multiplican por 1.000 para indicar la velocidad a la que gira el motor en cada instante. Es lo que se conoce como régimen de funcionamiento y por lo general mide las rotaciones del cigüeñal, el eje que transforma en giro el movimiento lineal generado por los pistones al desplazarse en el interior de los cilindros.
De esta manera, si el cuentarrevoluciones indica que el motor gira alrededor de las 1.000 revoluciones por minuto (rpm), es que se encuentra en un régimen mínimo de funcionamiento, lo que se conoce como ralentí.
Y si la aguja llega hasta el final de la escala, marcada por una zona destacada en color rojo, es que se está alcanzando el límite de giro de la mecánica, y es donde los coches modernos aplican el corte de inyección de combustible para evitar sobrepasarla y que se averíen.
Cambiar de marcha correctamente
La cantidad de rpm a la que gira el motor refleja el esfuerzo que está realizando la mecánica en cada momento y depende principalmente de dos factores. Uno es la cantidad de combustible que se quema en los cilindros al pisar más o menos el pedal del acelerador y, el otro, depende del desarrollo de las marchas, que revolucionan más el motor cuando se circula con las más cortas y reduce el régimen de giro al engranar las finales, que son más largas.
A mayor régimen y más rpm, el motor consumirá más combustible. Por ello, es conveniente cambiar de marcha más pronto que tarde y así evitar que el motor funcione a excesivas revoluciones. Lo ideal es cambiar de marcha en la zona de par motor máximo, un régimen de giro intermedio en la que cada motor rinde su mejor respuesta.
Cambiar correctamente de marcha y moderar la velocidad ayudará a ahorrar mucho combustible que, dependiendo del motor, puede rebajar el gasto en más de un litro a los cien. Una conducción suave, sin brusquedades a la hora de acelerar o frenar, y mantener velocidades de crucero estables alargará en muchos kilómetros la autonomía entre cada repostaje.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.