Uno de los puntos débiles de los coches equipados con cambio automático es la falta de conexión entre el conductor y la máquina. Algo que se produce a través del engranaje de cada velocidad en una caja manual y que las marcas han intentado emular con las levas del volante.
Las levas son la solución que los fabricantes han encontrado para reproducir la implicación que un conductor tiene en un vehículo manual. Con ellas, la persona que va al volante puede adaptar la conducción a su gusto e, incluso, mejorar el rendimiento del coche cuando el desempeño es más deportivo.
Más información
¿Qué son las levas del volante?
Presentes en los coches automáticos, son unas pequeñas pestañas con forma de palanca, pulsador o tirador. Suelen estar hechas de plástico, metal o fibra de carbono. Con ellas, el conductor puede reducir o aumentar la marcha sin necesidad de usar la palanca del cambio.
Las levas pueden estar en el propio volante: son las conocidas como solidarias y la opción más popular. Con ellas es más sencillo realizar una conducción fluida y cómoda porque no es necesario quitar las manos del volante.
Por otro lado, puede ubicarse en la columna de dirección. En este caso son levas fijas y proporcionan una referencia constante al conductor, pero, en determinadas maniobras, le obligan a separar las manos del volante.
¿Cómo se conduce con levas?
Conducir con levas es fácil, ya que el conductor únicamente tiene que colocar el cambio automático en la posición D. Para subir de marcha hay que accionar la leva de la derecha, que, normalmente, tiene un signo + dibujado. Para reducir hay que presionar la leva izquierda, que suele lucir un signo -.
Con las levas, el conductor tiene la posibilidad de adaptar la conducción a sus gustos. Sin embargo, no hay que olvidar que el cambio automático podrá e intervendrá siempre que sea necesario.
¿Cuándo? Si durante un tiempo las levas no entran en acción, el vehículo volverá a ser quien elija la marcha adecuada para cada momento. Lo mismo sucederá si se roza el corte de inyección sin intención de subir de marcha o si se circula con una marcha larga a bajas revoluciones, ya que la mecánica puede verse comprometida.
Las levas de un coche eléctrico
Los coches eléctricos tienen, gracias a la frenada regenerativa, la posibilidad de aprovechar la energía que se produce cuando el conductor pisa el pedal o en las inercias de las retenciones. Con este sistema, el motor eléctrico se convierte en un generador que recarga las baterías.
Esa energía cinética no sólo se convierte en electricidad para recargar las baterías. También se almacena para cuando sea necesaria: para impulsar el vehículo eléctrico y también para poner en marcha otros sistemas del coche como, por ejemplo, la climatización.
Algunos de estos coches permiten configurar y regular la frenada regenerativa con las levas que llevan en el volante. En este caso no sirven para cambiar de marcha, sino para incrementar o reducir el nivel de retención del freno.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.