Respiro para los compradores: los coches no subirán de precio aún más

El precio de los automóviles se ha disparado (unos 4.500 euros de media entre el mismo modelo, con idéntica motorización y acabados) desde la pandemia. Un alza que se está dejando sentir a la hora de abordar la compra de un coche nuevo.

España cuenta con uno de los parques de automóviles más envejecidos de Europa, superando los 14 años de media en este 2023. Ante este contexto de crisis, la implementación de la normativa Euro 7, tal y como se había planteado en un principio, iba a obligar a los fabricantes a tener que volver a subir los precios de los automóviles para cumplir con ella.

Afortunadamente, el Parlamento Europeo ha aprobado la versión sobre la norma Euro 7 de emisiones de vehículos, impulsada por la eurodiputada Susana Solís (CS). La eurodiputada lleva trabajando arduamente durante meses para que esta normativa, además de cumplir con las mejoras para la calidad del aire, no haga mella en el bolsillo de los ciudadanos.

Con 329 votos a favor

El texto impulsado por Solís, única negociadora española en esta legislación, se ha aprobado este jueves con 329 votos a favor, 230 en contra y 41 abstenciones. “Es una propuesta ambiciosa en lo medioambiental, pero realista para el sector de la automoción y los miles de empleos que dependen de este”, ha defendido Solís.

Es necesario recordar que la industria de la automoción es una de las más importantes en Europa. Por ejemplo, 12,9 millones de europeos trabajan en el sector del automóvil, el 8,3% de todos los empleos manufactureros de la UE y los ingresos fiscales para los gobiernos europeos ascienden a 392.200 millones de euros por la vía de esta industria.

Además, durante el último ejercicio, la Unión Europea, ha obtenido un superávit comercial de 101.900 millones de euros y más del 7% del producto interior bruto (PIB) de la UE está generado por la industria del automóvil. Así mismo, la automoción genera 59.100 millones de euros anuales de gasto en inversión y desarrollo (I+D), el 31% del total de la UE.

Frenos y neumáticos

La nueva regulación Euro 7 reemplaza a Euro 6 y actualiza los límites de emisiones en automóviles, camiones y autobuses de productos contaminantes diferentes al CO₂. Establece, por primera vez, control de emisiones para los neumáticos y frenos, además, de regular también la durabilidad de las baterías.

Con respecto a vehículos ligeros, que son los que cuentan con una Masa Máxima Autorizada (MMA) inferior a 3,5 toneladas (esto incluye a prácticamente todos los coches y motocicletas, pero también a muchas furgonetas) la propuesta aprobada mantiene las condiciones de prueba de Euro 6, para evitar inversiones adicionales en los motores de combustión.

Además, adopta los límites de la Comisión Europea de (60 mg/km), con una ligera modificación para las furgonetas. Igualmente, plantea un plazo de dos a tres años para su implementación. Con respecto a los vehículos pesados, se propone una reducción del 60% de las emisiones con respecto a la Euro 6 y un periodo de ejecución de cuatro o cinco años. 

Una Euro 7 más realista

Por su parte, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) reconoce que el Parlamento Europeo ha votado a favor de un enfoque más realista para Euro 7, en comparación con lo que planteó la Comisión Europea el año pasado. Sin embargo, Euro 7 sigue teniendo un precio muy elevado y en un momento muy crítico de la transformación de la industria.

ACEA está de acuerdo en que se deben abordar las emisiones de los frenos y los neumáticos con la Euro 7, ya que también son relevantes para los vehículos eléctricos y serán la principal fuente de emisiones contaminantes en carretera en el futuro próximo. Sigrid de Vries, directora general de ACEA ha declarado que: “El hecho es que la Euro 7 representa una inversión significativa para los fabricantes de vehículos, además de sus enormes esfuerzos de descarbonización”. 

Y continuó: “También se produce en un contexto geopolítico y económico extraordinariamente difícil, marcado por la subida de los precios de la energía, la escasez de la cadena de suministro, las presiones inflacionistas y el retraso de la demanda de los consumidores. Europa necesita un Euro 7 proporcionado que equilibre las preocupaciones medioambientales y la competitividad industrial”.