Los neumáticos son uno de los elementos más importantes del coche, ya que están en contacto con el suelo. Forman parte del triángulo de la seguridad (neumáticos–amortiguadores–frenos), y de su buen estado depende la diferencia entre seguir en la carretera o salirse en la curva más inesperada.
Desde que se incorporaron a los coches, su función ha sido la de permitir un contacto adecuado, tanto por adherencia como por fricción, con el pavimento, posibilitando la circulación y el frenado. Además, ayuda a la amortiguación a absorber el efecto de las pequeñas irregularidades de la vía.
La ficha técnica del vehículo (o tarjeta de ITV) ofrece información exacta sobre los neumáticos que están autorizados para el modelo en cuestión. Cualquier modificación relevante debe ser aprobada y homologada por una estación de inspección técnica de vehículos. Sin embargo, existe cierto margen en las medidas y los códigos de carga y velocidad que permiten sustituir las gomas de serie por otras diferentes.
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Neumáticos alternativos
Los neumáticos alternativos son aquellos modelos equivalentes a los originales homologados, que pueden ser montados en un coche sin perder en seguridad. Las medidas alternativas se suelen instalar para modificar algunos parámetros de la conducción, cambiar el aspecto general del automóvil o por ahorro. Unos neumáticos de menor diámetro y anchura siempre serán más baratos, además de reducir el gasto en combustible.
Para conocer si se pueden instalar unos neumáticos alternativos, lo fundamental es recurrir a la ficha técnica. En ella, se encuentran los posibles sustitutos autorizados.
Así, por ejemplo, en un Volkswagen T-Roc de 2022, cuyas ruedas originales tienen las medidas 225/40 R19 93 W XL (en este podcast se explica el significado de esos números y códigos), se permite la instalación de otros cuatro neumáticos posibles: 215/50 R18 92 W, 215/55 R17 94 V, 205/60 R16 92H M+S y 215/55 R17 94 V M+S.
¿Y si no aparecen en la ficha técnica?
Si la ficha técnica del vehículo no ofrece unas medidas alternativas con las que cambiar los neumáticos de serie, el Real Decreto 866/2010 establece que será posible la sustitución siempre y cuando cumplan una serie de parámetros:
- Que cuenten con el mismo diámetro exterior, con una tolerancia de +- 3%.
- Que el perfil de la llanta de montaje sea correspondiente al neumático.
- Que el índice de carga sea igual o superior a los mínimos de la tarjeta de la ITV.
- Que el código de velocidad sea igual o superior a los mínimos de la tarjeta de la ITV (en el caso de neumáticos de invierno puede ser inferior).
- Aunque los neumáticos sean equivalentes, si la sustitución implica riesgos de interferencias con otras partes del vehículo, estará terminantemente prohibida.
Neumáticos no equivalentes
Siempre queda un último recurso para cambiar los neumáticos de un vehículo si las nuevas medidas que se quieren instalar no son equivalentes. Se trata de la homologación, un proceso que tiene un precio entre 200 y 600 euros.
Esta nueva certificación permite acomodar ruedas con distintos tamaños, equivalencias, códigos de velocidad e índices de carga, o disponer neumáticos con especificaciones diferentes en cada eje.
La homologación de los neumáticos exige varios requisitos:
- Todos deben presentar idéntica estructura de carcasa (diagonales, cinturados, etc.).
- Todos los neumáticos que se monten un mismo eje deben tener las mismas características.
- Las llantas deben contar con gargantas que sean asimilables por las medidas de los neumáticos.
- A su vez, la dirección, las suspensiones y otras piezas no pueden afectar a su desempeño técnico por contacto.
- Los neumáticos no deben salir por fuera de la carrocería ni sobrepasar la marca de los aletines con la dirección recta. En ese caso, habrá que homologar también unas nuevas aletas.
- El índice de carga y el código de velocidad de los neumáticos debe ser igual o superior.
- El diámetro exterior del neumático no debe sobrepasar la tolerancia máxima del 3% de los perfiles de las llantas
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