La venta de turismos afianzó su tendencia positiva en julio, con un aumento del 11,4% respecto al mismo mes del año anterior, pero los conductores no solo piensan en comprar coche. El renting gana protagonismo como la alternativa más apreciada. Durante el primer trimestre de este año se matricularon mediante este sistema 71.701 unidades, un 16% más que en el mismo periodo de 2017.
Y aunque los contratos con particulares representan todavía un escaso 8% de este segmento, hay optimismo en el sector: el presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos, Agustín García, cree que el porcentaje crecerá hasta el 15% «en cinco años”. Otros esperan una revolución aún mayor: “En tres o cinco años, entre un 30% y 40% de los particulares comprarán sus vehículos mediante renting”, asegura Marc Bisbe, el director de Ventas de SEAT España.
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Sin embargo, este no es el único método para tener coche propio, o al menos disponible las 24 horas del día. En un mercado cada vez más competitivo y que pelea por cautivar a los clientes más jóvenes, surgen propuestas diferentes. Es el caso de llollo Mobility, empresa especializada en movilidad que lanzó el año pasado Bipi, una app que revoluciona la forma tradicional del alquiler. Sin desplazamientos a oficinas ni papeleos, los usuarios pueden reservar sus vehículos en 15 segundos a través de la aplicación móvil, y estos serán entregados por los agentes de Bipi en la ubicación deseada a la hora acordada.
Lo que en realidad ofrece la compañía, que opera en Madrid, Barcelona y Valencia, es un servicio de suscripción mensual con dos modalidades diferentes. Los clientes, de este modo, pueden elegir la opción que mejor se adapte a ellos sin tener que atarse a los gastos que supone tener un vehículo en propiedad, y en cualquier caso sin preocuparse del seguro o del mantenimiento.
El servicio de suscripción Flex está pensado para quienes no necesitan el coche a diario, pero sí quieren disponer de él de manera inmediata. Desde 149 euros al mes, Bipi incluye dos entregas y recogidas a domicilio y permite configurar el número de días de uso (pueden ser consecutivos o separados) y los kilómetros mensuales, así como aumentar el número de entregas. El seguro, el mantenimiento y la asistencia en carretera están incluidos y solo exige una permanencia de tres meses.
La suscripción denominada Smart se aproxima más a un renting tradicional, con algunos matices: desde 349 euros al mes, se dispone del coche a diario, ininterrumpidamente, con vehículo de sustitución, seguro, mantenimiento y asistencia, y sin pagar entrada. Además, si el cliente lo desea, puede recibir un coche nuevo cada tres meses y cambiar de categoría de vehículo cuando quiera. La permanencia también es de tres meses. La principal ventaja de Bipi, que también ofrece un servicio de alquiler normal (35 euros el día), es la enorme flexibilidad y la facilidad de uso; la desventaja es que los precios son bastante más elevados que los de un renting normal.
Amovens es otra empresa que ofrece servicios de renting algo diferentes a los habituales. Los clientes no tienen que pagar entrada ,y la cuota mensual les incluye seguro a todo riesgo con franquicia, impuestos, revisiones y neumáticos, con contratos que van de 12 a 60 meses, en función del modelo. Hasta ahí nada se sale de lo habitual, pero la diferencia es que la compañía ofrece la posibilidad de subalquilar el coche cuando no se utiliza, de manera que el conductor puede pagar con este sistema gran parte de la cuota. Una curiosa mezcla entre alquiler, ‘carsharing’ y renting, otra alternativa para quienes no quieren invertir en la compra de un vehículo.
Por su parte, la plataforma de coche compartido Drivy también ofrece una modalidad de renting distinta a las habituales, disponible solo en Barcelona y Madrid. Al contratar uno de los vehículos de renting que la plataforma ofrece y activar el vehículo en Drivy 14 días al mes (incluyendo dos fines de semana) para alquilarlo a otras personas, el precio de la cuota mensual se reduce a la mitad. Además, si el coche se alquila con asiduidad, se puede llegar a compensar los costes del renting en su totalidad.
“Un coche en propiedad en Barcelona o Madrid puede suponer entre 3.000 y 6.000 euros al año de gastos entre mantenimiento, revisiones, cuotas de parking, etc. A su vez, compartir un coche en estas ciudades alquilándolo por días puede suponer unos ingresos mensuales de hasta 900 euros, ya que existe mucha demanda de carsharing, sobre todo en verano”, indica el Country Manager de Drivy en España, Jaume Suñol. Y añade: “Hemos querido juntar estos dos conceptos y ofrecer la alternativa ideal: la libertad del renting con la flexibilidad del coche compartido; la cuota mensual te sale a mitad de precio si compartes el coche con otras personas algunos días al mes, incluso a coste cero si alquilas más”, comparte Suñol.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).