Tratamientos antilluvia para el coche: cuánto valen y cómo se aplican

Cuando el químico francés Émile Benedictus inventó en 1910 el parabrisas laminado, ayudó a aumentar significativamente la seguridad de los ocupantes. Hasta entonces, los grandes parabrisas que montaban los coches eran de cristal corriente. En caso de accidente, los pedazos de la luna causaban mayores heridas que la colisión en sí.

La función principal del parabrisas es la de proteger contra el viento, la lluvia, la nieve, los insectos y los pequeños objetos que reposan sobre el asfalto. Además, debe brindar la mejor visibilidad posible de lo que sucede por delante en la carretera, por lo que se debe mantener en perfecto estado.

La lluvia y la nieve son los elementos meteorológicos que más inciden sobre el parabrisas y para evitar la acumulación de agua, lo mejor es recurrir a un tratamiento hidrofóbico que repele el agua.

Solución antilluvia

Para contribuir a que la visión a través del parabrisas sea lo más nítida posible, cuando las inclemencias del tiempo hacen su aparición, lo más indicado es recurrir a un tratamiento antilluvia. Este producto aplicado sobre la luna del automóvil repele las gotas de agua mejorando sustancialmente la visibilidad.

Esta resina hidrofóbica, que descubrieron en los años setenta dos botánicos alemanes, es un repelente de las gotas de lluvia, la nieve y el hielo. Trabaja evitando que estos fenómenos meteorológicos se adhieran a la luna y resbalen por su superficie. De hecho, una vez aplicado sobre el cristal son capaces de librarse de los limpiaparabrisas al circular a una velocidad de 80 km/h.

En la actualidad, estos tratamientos se pueden encontrar en tiendas de repuestos para el automóvil, grandes superficies y en páginas web de comercio electrónico para dispensarlos uno mismo. Se puede adquirir un bote para muchas aplicaciones por unos 12 euros. Aunque también se puede acudir a talleres especializados del sector de la automoción. Su precio varía entre los 10 y los 25 euros.

No solo lluvia

Más allá de los meses más pluviosos del año, recurrir a este remedio permite mantener a raya el maltrato que se le dispensa al parabrisas durante cualquier época. Así, en verano esta solución evita que se adhieran los mosquitos y el polvo sobre la superficie.

En invierno, es un repelente fabuloso contra la nieve y, sobre todo, contra el hielo. Al aplicar este método no se forman placas de hielo en la luna del coche, siendo capaz de proteger el cristal con temperaturas inferiores a cinco grados bajo cero.

También en los cascos

No solo la lluvia impide una correcta visión en los parabrisas. Conducir con lluvia una moto es un acto que desentraña mucho peligro. Para paliarlo, en el mercado también hay productos que se emplean sobre la pantalla de los cascos. 

El mercado ofrece una gran variedad de repelentes de lluvia para las pantallas y al igual que en el caso del parabrisas de los coches, no es necesario aplicarlo continuamente. Tras cada uso, aguanta varios meses.

Sí que es necesario aplicarlo un par de horas antes de ponerse el casco, ya que algunos de estos productos puede irritar los ojos. El precio de un bote para muchas aplicaciones se sitúa entre los cinco euros y los 15 euros.