El anuario estadístico general de la Dirección General de Tráfico (DGT) revela que, en 2024, la tasa de aprobados del examen teórico estaba entre el 70 y el 80%. La probabilidad de superar el práctico era más baja: entre el 50 y el 60%, aunque en muchos casos son exámenes que se repiten una o varias veces.
La Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial elaboró un informe, también, de 2024. Según este estudio, el 44,7% de los aspirantes superaron la parte teórica a la primera, mientras que un 27% logró aprobar la práctica en su primer intento.
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Christoph Flittner es un profesor de autoescuela y en TikTok se le conoce como ‘@herrfahrschule’, que significa, precisamente, escuela de conducción. En declaraciones al medio alemán Cologne Express asegura que disfruta de su trabajo y que “cuando sea mayor, podré decir que he enseñado a conducir a 10.000 personas. Y si lo hago bien, quizá tengan menos accidentes”.
Basándose en su experiencia práctica, se muestra cauto ante ciertas formas de aprendizaje: “A quienes les han enseñado en casa y tienen la disciplina necesaria, puede que les sirva una aplicación para aprender”.
Y añade: “Este método no funciona para quienes se distraen fácilmente y, por lo tanto, necesitan compromiso. Es decir, la presencia de un profesor a quien acudir y a quien pueden preguntar sus dudas directamente”.
¿Por qué necesitan más clases?
Estos alumnos “terminan en mi coche con importantes lagunas en sus conocimientos teóricos, que luego tengo que repasar en la práctica. Esto incluso podría conllevar más clases y, por consiguiente, un carnet aún más caro”. Si no se toman estas clases, suspender el examen es un riesgo real.
¿Por qué ahora los aspirantes a conductores necesitan más horas de clase? Explica que las cosas han cambiado mucho: “Hay más tráfico, la agresividad al volante ha aumentado y, además, están los nuevos actores de movilidad como las bicicletas, los patinetes eléctricos…”.
¿Qué les hace suspender?
Revela que la mayoría de la gente no suspende el examen por la maniobra de aparcamiento, sino por su capacidad de observar el tráfico que les hace cometer errores graves: “Mirar por encima del hombro, por los espejos… Todo eso se practica y se repite constantemente. Pero hoy en día, mucha gente se bloquea durante el examen”.
Y también da las razones para esto: “Para algunos aspirantes hay una imperiosa necesidad de escapar: lo principal es terminar rápido. Y otros tienen las constantes advertencias y la presión de sus padres resonando en su cabeza”.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.