La electrificación también está calando en el mundo de las dos ruedas. Se están convirtiendo en una opción válida de movilidad. El año pasado se cerró con 17.103 unidades eléctricas vendidas, un 32,2% más que en 2021. Así, el 8,5% de las matriculaciones de vehículos de dos ruedas correspondió a modelos eléctricos.
Según el Estudio Motor 2023 del Observatorio Cetelem, uno de cada cuatro consumidores con intención de adquirir una moto en los próximos dos años se va a decantar por las eléctricas. Un 27% de los encuestados en el estudio sería capaz de realizar un esfuerzo adicional (económico) para acceder a uno de estos modelos sin emisiones.
Todos estos usuarios que desearían comprarse una motocicleta eléctrica deben examinarse del carnet —la evaluación práctica— con un vehículo de gasolina, ya que hasta ahora la legislación no permitía presentarse a la prueba con otro tipo de vehículo. Hasta ahora.
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Motos con las que efectuar examen
El Reglamento General de Conductores regula los tipos de permisos de conducción, los exámenes y los vehículos que se pueden utilizar. En el caso de las motos se establecen cuatro categorías diferentes: AM, A1, A2 y A. También el reglamento, en el Anexo VII, punto 4.º incide que las motocicletas con las que se debe efectuar el examen deben de llevar embrague y cambio manual.
Aunque existe una excepción que poca gente conoce: se puede hacer el examen con una moto sin embrague ni marchas, un escúter por ejemplo. Eso sí, este hecho quedará anotado en el carnet de conducir y ese usuario solo podrá circular con motos sin maneta de embrague y cambio de marchas.
Además, si la Policía o la Guardia Civil diera el alto a un conductor de este tipo y descubrieran que está montando un modelo con embrague y marchas, se expondría a una sanción.
Carnet para motos eléctricas
Las motocicletas eléctricas, por su parte, no entraban dentro de ninguno de estos parámetros. Si un usuario deseaba examinarse con un modelo sin emisiones lo tenía imposible. Como se ha visto, la legislación le obligaba a presentarse a la prueba práctica con una moto de combustión, ya fuera un modelo con marchas o incluso un escúter.
Esta norma ya ha cambiado. Gracias a Zero Motorcycles y a La Meva Autoescuela de Barcelona han logrado homologar una Zero SR/F como la primera motocicleta eléctrica en España disponible para presentarse a las pruebas del permiso de conducción A, el que permite conducir motos sin restricciones de potencia.
El camino hasta lograrlo fue bastante complejo debido al desconocimiento por parte de la administración de muchos aspectos técnicos relativos a los vehículos de dos ruedas eléctricos. La directora de la autoescuela, Mireia Brunet, afirma que: “nos ha costado nueve meses dejar la moto apta para trabajar”.
Problemas de homologación
El deseo desde La Meva Autoescuela de ofrecer a los usuarios un vehículo eléctrico para las prácticas y el examen “por ecología y por responsabilidad como formadores” se volvió una utopía cuando decidieron realizar los trámites para matricularla para su uso en la autoescuela.
Las motos de combustión tienen una potencia, pero las eléctricas tienen dos, la potencia máxima y la continua (la cantidad de potencia que el motor es capaz de mantener continuamente después de 30 minutos). Para la homologación se tiene en cuenta la segunda, que es inferior y no alcanza los requisitos del reglamento de autoescuelas.
Todo esto se tradujo en un sinfín de informes, documentaciones, pruebas de ITV, papeleos, etc. hasta demostrar que las prestaciones y especificaciones de su Zero SR/F eran compatibles con las motocicletas de gran cilindrada, logrando finalmente homologar, por primera vez en España, una motocicleta eléctrica para el carnet A. Tal y como sucede con las licencias conseguidas con motos automáticas, al realizar el examen con un modelo eléctrico, solo se podrá conducir este tipo de vehículos.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.