La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la protección en la cabeza a los motoristas apoyada en los datos fríos, con un lenguaje aséptico: “El uso correcto del casco puede dar lugar a reducciones del 42% en el riesgo de traumatismos mortales y del 69% en el riesgo de traumatismos craneales”.
También anuncia hipotéticos y graves problemas, como estos: “El no uso de casco aumenta la gravedad de las lesiones, la duración de la estancia en el hospital y de los cuidados intensivos”.
En el otro extremo de la delicadeza, una imagen de la Guardia Civil en su cuenta de Twitter vale más, o lo pretende, que las 51 palabras anteriores de la OMS. El instituto armado se dirige directamente a los motoristas con una pregunta: “Elige cuál de los dos prefieres”.
Las alternativas para la respuesta son dos: un casco a la izquierda y un hombre hospitalizado a la derecha, con un aparatoso andamiaje posoperatorio en la cabeza tras haber sobrevivido, se entiende, a un siniestro vial a los mandos de una moto.
En moto sin casco: multa de 200 euros
La publicación de la Guardia Civil no menciona la multa por no llevar el casco: se considera infracción grave y se castiga con una sanción de 200 euros. Tras la última reforma de la ley de tráfico, supone además la retirada de cuatro puntos en el carné de conducir (en lugar de los tres anteriores).
El casco es obligatorio en España para los motoristas desde 1982. La norma se aplicaba tanto en la carretera como en las ciudades, salvo para las motos de cilindrada inferior a 125cc. Sus usuarios no estaban obligados a llevarlo en la ciudad. Los ciclomotores quedaron exentos en cualquier circunstancia.
La exigencia de la norma se extendió en 1992 a los ciclomotores y a las motos de cualquier cilindrada, también en las vías urbanas.
Cuatro décadas más tarde, sin embargo, la normativa no entra en la cabeza de todos los usuarios de las dos ruedas. El año pasado, fallecieron 251 motoristas en un siniestro vial en las vías interurbanas. Cinco de ellos no llevaban el casco.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).