Aunque la motocicleta ofrece un sinfín de ventajas, librarse del calor cuando el mercurio aprieta no es tarea fácil. Las motos no cuentan con aire acondicionado como los coches, así que la única manera de bajar unos cuantos grados la temperatura corporal es favorecer la ventilación.
Es importantísimo recordar que este objetivo no significa deshacerse de ropa. Montar en moto en verano con una camiseta de tirantes, unas bermudas y en chanclas lo único que puede bajar es a la planta de urgencias del hospital, ya que el asfalto se cebará con todas las partes del cuerpo que no vayan protegidas.
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Siempre que se haga uso de la moto, sea invierno o verano, hay que ir protegido con prendas específicas que salvaguarden la integridad física tanto del piloto como del acompañante.
Ropa técnica de verano
Las prendas específicas para moto de verano (a ser posible de colores claros) son el mejor aliado para luchar contra las altas temperaturas. La gran mayoría de las marcas de indumentaria para moto cuentan con una línea de verano. Estos modelos ofrecen una alta ventilación, ya que sustituyen gran parte del tejido por rejilla que permite la circulación de aire.
No solo existen chaquetas. Para ayudar también a los motoristas en plena canícula, las firmas cuentan con pantalones y guantes veraniegos que siguen el mismo principio de permitir la circulación de aire por sus amplias zonas de rejilla. Utilizar el conjunto completo es la mejor estrategia para reducir el calor.
Como consejo, es imprescindible emplear camisetas técnicas transpirables debajo de la cazadora de verano, ya que colaboran a disipar el sudor y mantienen seco el cuerpo. Las camisetas típicas de algodón se acaban empapando y no ayudan a disminuir la temperatura corporal.
Casco ventilado
Los cascos integrales son uno de los elementos fundamentales para circular en moto con seguridad, incluso cuando aprieta el bochorno son los ideales. La mejor solución es hacerse con un modelo que cuente con las suficientes entradas de aire y que permita la circulación del mismo por todo el sistema. Se trata, sobre todo, de sacar el calor que se genera en la cabeza.
Los cascos abiertos, sin mentonera, pueden ser, a priori, una interesante opción para algunos usuarios. Pero lo recomendable es usarlos únicamente en trayectos cortos y en ámbito urbano, siendo conscientes de que llevan una gran parte de la cara desprotegida en caso de accidente.
Una solución para quien no quiera utilizar cascos abiertos y con los integrales se note demasiado encerrado, es emplear un buen casco de cross. Protegen casi como un integral y permiten una excelente circulación de aire al montar una mentonera muy abierta.
Chaleco refrigerante
Como se ha mencionado, las motocicletas no cuentan con aire acondicionado que mitigue las temperaturas de los usuarios. Pero existe una prenda que se le aproxima mucho y que proporcionan resultados de hasta -15 °C respecto a la temperatura ambiente. Son los chalecos refrigerados.
El principio que emplean es muy sencillo y, dependiendo de la marca, o se llenan o se empapan de agua, de esta manera al estar en contacto con el cuerpo disipan el calor y suministran la humedad necesaria para bajar la temperatura. Se deben usar debajo de la cazadora de verano, ya que no disponen de elementos de protección.
Hidratación
Otro aspecto fundamental para ayudar a combatir el calor encima de una moto, es mantenerse hidratado. La deshidratación puede provocar desde calambres musculares leves hasta agotamiento. Incluso, un golpe de calor puede derivar en problemas renales y urinarios hasta poner en riesgo la vida.
El agua es la mejor solución para ayudar a combatir la deshidratación, nada de alcohol, ni siquiera cerveza fría. Primero porque aceleran la deshidratación y segundo porque a la hora de conducir no debe ingerirse alcohol. Lo mejor es ir parando cada ciertos kilómetros e hidratarse y descansar.
Otros consejos
Una buena forma de evitar las altas temperaturas a la hora de viajar en moto en verano, es la de elegir las horas más frescas del día. Antes del amanecer y después del anochecer permiten disfrutar de las dos ruedas sin pasar agobios, aunque la falta de luz debe hacer extremar la precaución conduciendo.
Los pañuelos o bandanas húmedos, anudados al cuello o entre la cabeza y el casco, ayudan al cuerpo a regularse térmicamente cuando aprieta el calor. Además, al ir soltando poco a poco la humedad, contribuyen a no sufrir un golpe de calor.
Y por último aunque no por ello menos importante, la moto también ‘pasa’ calor. Cualquier vehículo está diseñado para trabajar en un rango de temperaturas óptimo, por lo que tanto el frío intenso como el calor afectan a su funcionamiento.
Lo ideal para evitar disgustos es tener la moto a punto para el verano. Ante episodios de muchísimo calor es importantísimo controlar los niveles del líquido refrigerante (un calentón puede acabar con el motor) y mantener las entradas de aire al propulsor limpias y libres de objetos.
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