El casco de moto, un elemento indispensable para la seguridad vial, posee una vida útil que oscila entre los cinco y ocho años, dependiendo de los materiales de fabricación. Sin embargo, diversos factores pueden acelerar su deterioro y comprometer su eficacia protectora mucho antes de lo esperado.
Para conocer de primera mano la caducidad de un casco de moto, los factores que aceleran el final de su vida útil y cómo alargar lo máximo posible, sin comprometer la integridad, su ciclo de uso, Motocard, la tienda especializada en accesorios y equipamiento para motos, acaba de lanzar una guía útil para responder a todas estas preguntas.
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Factores que aceleran la caducidad
Las cifras hablan por sí solas, ya que según los últimos estudios, llevar el casco reduce la mortalidad en caso de accidente en un 30%. La cifra se eleva hasta el 40% a la hora de evitar una lesión craneal grave, por lo que es fundamental que, en caso de sufrir una caída, el casco de moto no esté caducado. Estos son los factores que aceleran su vida útil.
- Impactos y caídas: aunque no presenten daños visibles, los golpes pueden afectar la estructura interna del casco, disminuyendo su capacidad de absorción de impactos.
- Exposición a factores externos: la humedad, los productos de limpieza inadecuados y las temperaturas extremas pueden debilitar los materiales del casco, reduciendo su resistencia.
- Uso intensivo: el desgaste de los acolchados interiores y del sistema de retención disminuye la comodidad y seguridad del casco, afectando su ajuste y estabilidad.

¿Cómo saber si un casco ha caducado?
La fecha de fabricación, ubicada en una etiqueta interior, es crucial para determinar la antigüedad del casco. Los expertos recomiendan reemplazar los cascos de policarbonato a los cinco años y los de fibra a los siete u ocho años, independientemente de su apariencia externa y aunque nunca hayan tenido un impacto.

Alargar la vida útil del casco
Un mantenimiento periódico contribuye a alargar hasta el máximo indicado el ciclo de uso de un casco de moto. Para ello, se deben seguir estos consejos:
- Realizar un mantenimiento adecuado, evitando la exposición a factores perjudiciales.
- Reemplazar los acolchados y forros interiores desgastados.
- Examinar de forma regular el estado del casco.
- Sustituir el casco después de una caída o golpe fuerte.

La importancia de la sustitución
Un casco caducado o dañado no proporcionará la protección necesaria en caso de accidente. Por ello, es fundamental respetar los plazos de sustitución y reemplazar el casco inmediatamente después de sufrir un impacto.
La seguridad del motorista es primordial. Un casco en óptimas condiciones puede marcar la diferencia en un momento crítico. Cabe recordar, que este accesorio, en óptimas condiciones, es capaz de reducir hasta un 44% las lesiones en la cabeza en caso de accidente.
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