Dentro de los ambiciosos planes de la Unión Europea para luchar contra el cambio climático, se encuentra la reducción de emisiones de CO₂, así como fomentar el desarrollo de tecnologías que apunten en este sentido. También destaca, entre otras medidas, la reducción de las emisiones de gases fluorados y del uso de sustancias que afecten a la capa de ozono.
En el apartado puramente automotor, se quiere eliminar para el año 2035 la venta en todo el territorio de la Unión los vehículos con motores de combustión interna: gasolina y diésel.
Además, ya existe una implacable legislación sobre el reciclaje y la reutilización al final de la vida útil de los automóviles, con el objetivo puesto en el reciclaje y la eliminación segura de ciertos fluidos y metales pesados establecidos por la Directiva de Vehículos al Final de su Vida Útil (ELV por sus siglas en inglés).
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¿Qué sucederá con las motos?
Esta Directiva Europea, a la que que también quieren adherir a las motos, impide el uso de determinados metales pesados como el cadmio, especifica la descontaminación de fluidos y componentes específicos, y exige que los vehículos se reciclen en los CATV (Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos) o desguaces. Su objetivo actual de reciclado es del 85% y debe llegar al 100% en los próximos años.
Por su parte, la Federación de Asociaciones Europeas de Motociclistas (FEMA) ha respondido a los planes para incluir a las motocicletas en la Directiva ELV al señalar evidencia de que las motos ya se reciclan exhaustivamente al final de su vida útil.
La FEMA destacó que una encuesta realizada en desguaces de motos de Suecia, que manejan entre 500 y 700 motocicletas por año, encontraron que el 80-100% de cada motocicleta fue reciclada. Los componentes enteros se revenden a los clientes, mientras que el resto se recicla dentro de las directrices actuales para plásticos, líquidos y metales.
Motos clásicas
Así, la FEMA argumenta que incluir a las motocicletas en la Directiva ELV aumentaría la burocracia y tendría implicaciones para las motocicletas clásicas e históricas, que necesitan piezas de repuesto originales para continuar con su vida útil. Además, desde la Federación se va a insistir en que se permita el desmantelamiento particular para que los dueños puedan seguir vendiendo piezas de segunda mano.
Por su parte, el presidente de la Federación de Motociclistas Británicos, Jim Freeman, ha declarado que: “Las motos no son coches y los legisladores tienen que tener esto claro. El reciclaje de piezas de motocicletas es tan antiguo como el motociclismo, muchos de nosotros no podríamos mantener nuestras motos en la carretera sin ellas, especialmente con el gran aumento en los precios de las piezas nuevas”.
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