Se insistió mucho en averiguar su precio en la presentación internacional a la prensa en Dinamarca, pero Toyota no ha desvelado la tarifa de su nuevo SUV 100% eléctrico, el bz4X, con una potencia de 160 kW (218 CV) y una autonomía de hasta 516 kilómetros. Y no porque no la tuviera o no quisiera decirla, sino porque, de momento, y parece que va para largo, el modelo no se va a vender. Solo se podrá tener en el garaje mediante renting.
La marca japonesa ha diseñado una fórmula a 48 meses (cuatro años) o 40.000 kilómetros. Y con dos modalidades, con o sin entrada. En el primer caso, el pago inicial es de 3.914 euros y la mensualidad es de 599 euros para la versión Advance 4×2 (de entrada a la gama). La cuota es de 699 euros si se trata del modelo 4×4 con acabado Style Plus.
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Si se prefiere no pagar entrada, el coste mensual se eleva hasta los 850 euros al mes. Todas estas cifras incluyen el IVA, además del mantenimiento, las revisiones y el seguro. Por otra parte, si el propietario se acoge a las ayudas del Plan Moves III, el dinero lo recibe la financiera y lo descuenta de las cuotas restantes.
Experiencia ‘electrificada’
Lo primero que muchos se preguntan sobre este SUV eléctrico es la razón de su nombre: bz4X aglutina varios términos. La primera parte, ‘bz’, proviene de beyond zero (en inglés, ‘más allá de cero’), por las emisiones nulas de este tipo de vehículos. El 4, según la marca, se refiere a su medida aproximada en metros (mide 4,69 metros) y la X expresa su posibilidad de tener tracción total.
Y puede que muchos piensen que es el primer modelo sin emisiones de Toyota, pero en 1996 ya fabricaron un RAV4 100% eléctrico. Además, la marca lleva 20 millones de vehículos vendidos en el mundo con algún tipo de electrificación, por lo que está claro que saben de lo que hablan.
El bz4X llega en diciembre, pero ya se pueden hacer las primeras reservas a través de su web. Lo hace con unas medidas similares al RAV4, aunque es 95 milímetros más largo y 60 milímetros más bajo. Y, sobre todo, ofrece 160 milímetros más de distancia entre ejes.
Esto se deja notar en el espacio interior para los pasajeros, ya que hay hasta un metro de distancia entre el respaldo del asiento delantero y el posterior. La colocación de las baterías, en lo que supone el estreno de su nueva plataforma e-TNGA, también se traduce en una disminución de nueve centímetros en el centro de gravedad respecto al Toyota RAV4.
Toyota bz4X, un diseño diferente
Del diseño del bz4X destacan sus afilados grupos ópticos, tanto delante como detrás. Y, sobre todo, esas secciones frontales que se prolongan desde los faros hasta los pasos de rueda y que se decoran en un tono más oscuro. Las llantas serán de hasta 20 pulgadas.
En su interior, la consola central entre piloto y copiloto es bastante alta, pero deja un hueco gigante bajo ella, abierto por los dos lados y de más de 20 litros de capacidad. Este espacio portaobjetos compensa la ausencia de la tradicional guantera. La pantalla de infoentretenimiento, como ya es tendencia, adquiere todo el protagonismo con un tamaño de 12,3 pulgadas.
Justo debajo se ubica la ruleta del cambio automático y los botones que permiten activar el modo Eco (y el X-Mode si se trata de la versión 4×4) o el botón que hace las veces de e-pedal para recuperar más energía y usar el freno mucho menos.
En 2023 llegará el volante aeronáutico sin conexión mecánica, ya visto en el Lexus RZ y que en este Toyota se llamará One Motion Grip. También el año que viene estará disponible la opción de montar un techo solar fotovoltaico de 225 W que será capaz de proporcionar una autonomía de 1.800 kilómetros al año.
Algo que también llama la atención es el amplio espacio a bordo, sobre todo en las plazas traseras, donde los pasajeros no tendrán problemas con sus piernas. El maletero, de 452 litros, se sitúa un poco alto a la hora de cargarlo, pero lo compensa con líneas muy rectas y aprovechables en su interior.
Gama mecánica
El Toyota bz4X ya se puede reservar en cualquiera de sus dos variantes, ambas con una batería de 71,4 kWh. La primera es de tracción delantera, con un motor eléctrico en este eje de 150 kW (204 CV). La segunda, con tracción integral, monta un motor de 80 kW (109 CV) en cada eje, por lo que su potencia total asciende a 160 kW (218 CV). Esto le permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y, lo mejor, una reacción prácticamente instantánea a la demanda del acelerador.
Con un consumo homologado para la versión 4×2 de 14,6 kWh, promete una autonomía desde 436 hasta 516 kilómetros. El bz4X con tracción 4×4 firma un consumo de 18,1 kWh, con lo que su autonomía se sitúa entre 411 y 470 kilómetros. Toyota reconoce, no obstante, que al encender el aire acondicionado, la autonomía puede bajar unos 80 kilómetros, como se pudo comprobar en la prueba dinámica.
Respecto a su carga, si se conecta con un cable Schuko a un enchufe normal de casa, a 10 amperios, tardará unas 31 horas en recuperar toda la energía. Pero a España llegará de serie con un Mennekes para corriente alterna a 16 amperios, y la operación de carga a 11 kW se reducirá a seis horas y media. La máxima carga que admite es de 150 kW: en este caso tardará 30 minutos en pasar de 0 al 80% de capacidad.
De su peso total (de 1.895 hasta 2.065 kilos), 480 kilos corresponden a las baterías, pero aún así resulta más ligero que la mayoría de SUV de este tipo.
Estará disponible con dos niveles de acabados, el Advance, con llantas de 18 pulgadas; y el Style Plus, con llantas de 20 pulgadas, faros LED (con tres proyectores) y techo panorámico.
En marcha
Toyota preparó dos recorridos en Dinamarca. En un trayecto de una hora por carretera, y con las estrictas limitaciones de velocidad de la zona, se pudo comprobar el silencio de marcha y las buenas maneras del Toyota a velocidades medias.
Eso sí, las llantas de 20 pulgadas de la unidad 4×4 que se probó lastraban bastante la comodidad al pasar por los rotos de algunas carreteras. Pero esta versión tracciona de forma sobresaliente y, sobre todo, transmite su potencia al suelo de forma prácticamente instantánea.
De vuelta al lugar de encuentro, el consumo medio que se consiguió fue de 17,3 kWh/100 km, algo inferior al homologado. Allí comenzaba un segundo recorrido más exigente para comprobar las capacidades 4×4 del bz4X, con un sistema que ya se utiliza en el Subaru Solterra, desarrollado a la par que este Toyota.
Y, al pulsar el botón del X-Mode, realmente impresionan los desniveles que puede afrontar o el vadeo de hasta 50 centímetros que la estanqueidad de sus baterías permiten. Además, en un cruce de puentes preparado con plataformas, se podía comprobar cómo trabajaban los motores eléctricos de ambos ejes, y que desviaban el par a la rueda de cada eje con más tracción y anulaban por completo la que comenzaba a patinar en el aire.
También se han mejorado sus sistemas de seguridad, gracias a esa colaboración con Subaru. El conjunto de estos sistemas, antes llamado Toyota Safety Sense, pasa ahora a llamarse Toyota Assist y cuenta con mejores cámaras de detección de obstáculos en los múltiples asistentes de seguridad y a la conducción que incluye.
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