Entre los muchos coches de calidad que ofrece el mercado actual para los jóvenes, está el Toyota Aygo X Cross. Nada más verlo, se nota más grande que el anterior Aygo (a secas, sin X) al que sustituye. Tiene mucho más empaque. De hecho, destila un cierto aire a SUV que atrae miradas. Además, su diseño moderno y claramente japonés, casi de tipo cómic manga, llama la atención.
Pero a pesar de situarse a medio camino entre un turismo y un SUV, es pequeño. Solo mide 3,70 metros de longitud, 1,51 de altura y 1,74 de anchura.
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Con estas medidas, claro, no se puede pedir ni mucha habitabilidad a bordo ni un gran maletero. Este último es de 231 litros. Respecto a sus asientos, en los delanteros no hay ningún problema. De hecho, parece que se lleva un vehículo más grande, pero si se acomoda algún adulto en las plazas traseras (poco recomendable y cuantos menos, mejor), sale a relucir su pequeño tamaño.
Interior sencillo y funcional
A bordo del Aygo X Cross se nota también que es un coche sencillo. Respecto a la pantalla de infoentretenimiento, de siete pulgadas en este sencillo acabado Play (la hay de ocho e incluso nueve), se ve un poco pequeña y con un sistema operativo que, si se le exigen órdenes rápidas, se atasca un poco. Por otra parte, también es cierto que esta versión incorpora de serie elementos tan interesantes como la cámara trasera, reconocimiento de señales de tráfico, ordenador de viaje, asistente de arranque en pendiente o aire acondicionado.
No hay salidas de aire centrales (sí una rejilla encima del salpicadero) y, sobre todo en las puertas, se ha dejado al aire mucha chapa, lo cual es habitual en este tipo de coches más económicos y que aporta un toque de color al interior.
La calidad de plásticos y ajustes es sencilla, pero suficientemente digna. Sin embargo, la bandeja trasera no ajusta bien y se descuelga a menudo. En cambio, el diseño del interior, sobre todo el del salpicadero, no está nada mal. Llama la atención una pantalla central encastrada en una moldura ovalada de aspecto original y moderno.
Motor urbano, comportamiento urbano
La única mecánica disponible para el pequeño Toyota es una de gasolina, tres cilindros (sin turbo) y un litro de cilindrada que ofrece 72 CV y un pequeño par motor de solo 93 Nm. Estas cifras no le van a permitir unas prestaciones fulgurantes, pero no le hacen falta para la ciudad y los desplazamientos cortos de extrarradio. Acelera de 0 a 100 km/h en casi 15 segundos y alcanza los 158 km/h de velocidad máxima. Lo compensa con un consumo homologado de 4,8 l/100 km.
Que su uso prioritario sea la ciudad y sus alrededores no significa, en absoluto, que no se pueda hacer algún viaje con este Aygo X. Eso sí, el ritmo tiene que ser tranquilo y ante un repecho habrá que armarse de paciencia y situarse en el carril de la derecha.
Además, también habrá que jugar con su cambio de marchas manual de cinco velocidades (recorridos cortos y buen accionamiento), para reducir alguna velocidad y aumentar las revoluciones del motor. Esto le dará más energía, pero también producirá más ruido a bordo. Tanto que puede llegar a resultar desagradable si el desnivel es muy duradero.
Estabilidad y comodidad
La estabilidad del Aygo X, a pesar de su exiguo tamaño y su distancia entre ejes de solo 2,43 metros, es bastante aceptable en carretera. Solo las suspensiones, a la hora de filtrar algunos rotos o baches más pronunciados, pueden enturbiar algo el confort a bordo. Su peso, de una tonelada, tampoco ayuda mucho en tramos más revirados, ya que, con estas medidas, las inercias salen a relucir rápidamente. No obstante, el control de estabilidad se encarga de poner las cosas en su sitio, con algo más de carga de trabajo en los cambios rápidos de dirección.
En ciudad, su uso será más acorde al entorno y más agradable para todos. Responde bien a pocas revoluciones y no hace falta mucho más para moverse con cierta alegría entre el tráfico urbano. Además, su diámetro de giro es muy bueno (9,4 metros) y esto, unido a su contenido tamaño, hacen que maniobrar en el entorno urbano resulte sencillo.
Seguridad de coche grande, consumo de coche pequeño
El sistema en el que Toyota agrupa los sistemas de seguridad se llama Toyota Safety Sense, y en este coche incluye de serie el detector de peatones y ciclistas, reconocimiento de señales de tráfico, control inteligente de luces de carretera y avisador de frenada de emergencia, entre otros. Es decir, un completo equipamiento que ya lo quisieran para sí coches de mucho mayor empaque.
El pequeño japonés también puede presumir de un precio y unos consumos ajustados. Durante la prueba, gastó 5,2 litros cada 100 kilómetros, muy poco más que los 4,8 homologados. En resumen, por poco más de 14.000 euros, este coche brinda una movilidad amena para gente joven que busque algo económico y resolutivo, pero con cierta calidad y la tranquilidad de saber que Toyota está detrás de su construcción.
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