El primer coche con elevalunas eléctricos y otros 14 avances históricos

El primer automóvil con un motor de gasolina (en realidad el combustible era un derivado del petróleo llamado naftaligroína) fue el carruaje triciclo motorizado Benz Patent-Motorwagen diseñado por Karl Benz, fundador de Mercedes-Benz y patentado el 29 de enero de 1886. Su motor monocilíndrico entregaba 2,5 CV de potencia a 500rpm y alcanzaba una velocidad máxima de 15 km/h.

El Eclair fue diseñado por Peugeot y por la propia Michelin en 1895 para convertirse en el primer automóvil que dejaba atrás las tradicionales llantas de carruaje (de madera y perfil metálico) y las sustituía por un revolucionario invento llamado neumático surgido un par años antes para su uso en bicicletas. El coche pesaba 1.400 kilos, llevaba un motor Daimler de 4 CV y su dirección era tan mala que avanzaba en zigzag, y de ahí su sobrenombre: 'Rayo'.

El Spyker 60 CV de 1903 era, simplemente, un coche de ciencia ficción para su época. El equivalente a un Bugatti, un Ferrari o un Lamborghini de nuestro tiempo. No solamente equipaba tracción integral, sino que su motor de seis cilindros desarrollaba una potencia descomunal en esos momentos y era también el primero con frenos en las cuatro ruedas. Se trataba de un modelo exclusivo para competición fabricado por la marca holandesa Spyker en Trompenburg, cerca de Amsterdam.

El Dernburg-Wagen, fabricado en 1907 por la Daimler Motoren Gesellschaft para transporte colonial, no solo contaba con tracción a las cuatro ruedas, sino que todas eran también directrices. Este pionero de los SUV estaba propulsado por un enorme motor tetracilíndrico de 6.800cc, desarrollaba una potencia de 35 CV a 800rpm y era capaz de llevar a seis pasajeros a una velocidad máxima de 40 km/h, con un consumo de 25 l/100 km.

La británica Dorothy Levit, que en 1903 se convirtió en la primera mujer en ganar una carrera automovilística, empleaba su espejito de maquillaje para mirar qué ocurría detrás de su coche. Pero el primer automóvil que montó un retrovisor y un soporte diseñados específicamente para esa función fue el Marmon-Wasp de 1911, el cual, por cierto, se impuso en las míticas 500 Millas de Indianápolis pilotado por Ray Harroun.

En 1922 George Frost montó la primera radio de válvulas en un Ford T, pero no se trataba de un aparato específicamente diseñado para ese uso, sino de un receptor de mesa instalado en el interior del coche. Aún así le corresponde ese honor. Fue la alemana Blaupunkt, sin embargo, quien en 1932 consiguió un modelo de autorradio compacto y económico, que la marca Studebaker montó por primera vez a gran escala en sus modelos.

El ingeniero de Chrysler Carl Breer y el propio Orville Wright (uno de los hermanos inventores del avión) tuvieron la idea en 1934 de trabajar en un túnel de viento, desarrollado para el diseño de los primeros aeroplanos de fuselaje metálico, en un nuevo modelo de automóvil que aplicara los mismos conceptos aerodinámicos. El resultado fue el Airflow; un coche de líneas adelantadas a su tiempo y que precisamente por ello fue un gran fracaso comercial... aunque un gran avance técnico.

El diseñador del prototipo Buick Y-Job de 1938, Harley Earl, instaló a modo de gran novedad este accesorio. El Y-Job pretendía competir con Mercedes en lujo (su denominación Y era, en realidad, una estrella de la marca alemana invertida) e influyó en todos los diseños de Buick hasta los años 50. Hubo que esperar a 1941 para que Ford incorporara los elevalunas eléctricos como opción a sus modelos Lincoln.

Los discos de freno supusieron un verdadero salto tecnológico directamente derivado del mundo de la aviación. El primer modelo en montarlos fue un Austin Healy 100 S de 1953, pero al tratarse de un prototipo superexclusivo para correr en Le Mans (y sin repercusión en el mercado) suele asignarse ese honor al legendario Citroen DS Tiburón de 1955, que fue el vehículo que primero los incorporó de serie y cambió las reglas del juego con ello.

Aunque ya se instalaban rudimentarios cinturones en los pescantes de los carruajes, pasó mucho hasta que se pensó en ellos como accesorios de seguridad automovilística. El Torpedo Tucker de 1948 ya permitía equipar a sus vehículos con cinturones de seguridad en opción. Sin embargo, fue Volvo en 1957 el primer fabricante en instalarlo de serie en sus coches. Un año más tarde el ingeniero sueco Nils Bohin los rediseñó dando lugar al actual cinturón de tres puntos que hoy conocemos.

El turbocompresor se utilizaba en motores náuticos, ferroviarios y de aviación desde principios de los años 30, pero no llegó al mundo del automóvil hasta entrados los 60 ya que era una tecnología extremadamente cara. A los fabricantes les resultaba más fácil obtener potencia a base de aumentar cilindrada. El Oldsmobile F85 Cutlass de 1962 fue el primero en montarlo de serie en su versión más cara, denominada Jetfire. Una bestia movida por un V8 de 3.5 litros que alcanzaba los 215 CV.

Los aviadores americanos se dieron cuenta, durante la Segunda Guerra Mundial, que sus chalecos inflables eran capaces, en determinadas circunstancias, de amortiguar algunos impactos. Fue el germen de la idea del airbag, que John Hetrick patentó en 1952 y que Oldsmobile montó en 1.000 unidades del modelo Toronado del 73, bajo la denominación comercial ACRS (Air Cushion Restraint System).

El sistema antibloqueo de la frenada se comenzó a desarrollar en los años 30 para su uso en aviación y ferrocarril, pero esos trabajos nunca llegaron a buen puerto por estar basados en dispositivos mecánicos muy poco fiables. Hubo que esperar a 1978 para que, con el avance de la electrónica, Mercedes-Benz instalara de serie el primer ABS automovilístico moderno en un modelo Clase S.

El auge de la informática personal hizo que General Motors se animara a montar en su Buick Riviera de 1986 el primer ordenador de viaje con pantalla táctil. El sistema Graphic Control Center mostraba una pantalla de fósforo con colores negro y verde, habituales en la tecnología de aquel momento. Permitía ajustar el climatizador y la radio, y recibir información sobre el estado del vehículo y los consumos.

El primer coche en utilizar un sistema de navegación por satélite fue el Honda Acura Legend de 1990. El GPS era un equipamiento opcional carísimo y desarrollado parcialmente a partir de un navegador anterior inercial (es decir, mecánico) denominado Gyrocator, por lo que (al no ser un sistema 100% guiado por satélite) Mazda sigue reivindicando ese honor para su Eunos Cosmo de 1990.