Se llama Blade Battery, o lo que es lo mismo, batería de cuchillas. La monta en sus coches la multinacional china BYD y es uno de los secretos del tremendo auge de esta marca en todo el mundo. Y es que esta batería ofrece nuevos niveles de seguridad, durabilidad y rendimiento, así como un mayor aprovechamiento del espacio de la batería.
Utiliza litio-hierro-fosfato (LFP) como material de cátodo, lo que ofrece un nivel de seguridad mucho mayor que las baterías de iones de litio convencionales. El LFP tiene una excelente estabilidad térmica y no contiene cobalto. Además, es un material muy duradero.
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BYD posee una fábrica propia bajo la marca subsidiaria FinDreams Battery que es la encargada de fabricarlas en su factoría de Chongquing, al noroeste de China. Otra megafactoría de 2.000 millones de euros de inversión y 17.000 empleados, situada en una ciudad creada en 1997 para acoger los desplazados por la construcción de la presa de las tres gargantas (Presa de Guanzhou) y que hoy en día tiene más de ocho millones de habitantes.
Desde cero
En esta fábrica se construyen desde cero, es decir, se comienza con la mezcla de los componentes en una tomba, para crear láminas continuas que se aplanan, secan (con hornos de 70 metros de longitud) y cortan a la medida requerida.
Estas láminas, al final del proceso, tienen un grosor parecido al de un folio, de tal forma que se pueden superponer hasta 155 para formar una celda de 1,35 cm de grosor que va encapsulada en una caja de aluminio que mide 96 centímetros de largo, 9 de ancho y esos 1,35 de grosor, con un peso total de 2,6 kilos.
En cada batería, que tardan unos 14 días en terminar, se colocan desde 38 hasta 43 o más de estas celdas. En el BYD Seal, por ejemplo, la berlina que llega a finales de año a España, hay 4 baterías de este estilo, con 43 celdas cada una, es decir, 172 piezas. El conjunto pesa 560 kilos y permitirá una autonomía de en torno a los 500 kilómetros, con una potencia de 82,56 kWh.
La capacidad de producción de esta fábrica es de 90.000 celdas al día por cada una de las cuatro líneas de producción que tienen.
Lo más destacable: su seguridad
Pero lo mejor de estas baterías es su seguridad y su capacidad energética. Para empezar, hay un test, que se llama nail penetration test o test de perforación con un clavo, en el que se compara con una tradicional de iones de litio.
Como se puede ver en el siguiente vídeo, la tradicional de iones de litio, que utiliza un cátodo formado por níquel, cobalto y magnesio, explota y comienza a arder al ser atravesada por el clavo. Por el contrario, y gracias a sus materiales, la Blade Battery no sufre daño alguno.
También, su forma de construcción, reduce el espacio necesario en más de un 50% respecto a las baterías tradicionales. Además, es una batería que no sufre tanto cuando se carga al 100%, y es que en el resto se recomienda no pasar del 80%, ya que su capacidad de recarga se ve afectada.
Con datos de conducción reales, después de conducir 120.000 km o una descarga completa 200-300 veces, la saturación de la batería promete alcanzar más del 90%. Además, su vida útil (manteniendo más de un 70% de carga) está garantizada por más de 3.000 ciclos de carga.
Su forma aplanada le permite formar parte estructural del chasis en la denominada e-platform 3.0, proporcionando una rigidez torsional superior al resto de las baterías del mercado.
Su garantía en España en los modelos de BYD a la venta, asciende a 8 años o 200.000 kilómetros garantizando ese 70% de carga.
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