La física está detrás del funcionamiento de los aparatos tecnológicos que se usan de manera cotidiana. Los radares modernos no son una excepción. Estos dispositivos, o al menos algunos de los más modernos, se fundamentan en el efecto Doppler para averiguar a qué velocidad circulan los vehículos detectados y comparar esa cifra con los parámetros sobre los que están regulados y calibrados.
No todos los radares funcionan según las leyes de este efecto, pero sí lo hacen algunos de los más modernos incorporados en los últimos años por la Dirección General de Tráfico (DGT). Básicamente, el efecto Doppler define los cambios de frecuencia entre ondas sonoras según el receptor de esas ondas y la fuente que las emite se van alejando o acercando.
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Christian Andreas Doppler, físico y matemático austríaco, fue el primero en proponer de manera teórica este efecto. Posteriormente, el neerlandés Christoph Hendrik Diederik testeó esta hipótesis y, efectivamente, se descubrió que el sonido emitido por objetivo en movimiento va siendo más agudo conforme se va acercando al receptor de esas ondas.
Uno de los físicos más famosos de la televisión, Sheldon Cooper, protagonista de The Big Bang Theory, se encargó de explicar en uno de los episodios de la serie qué es el efecto Doppler.
Otro ejemplo sencillo para entender cómo funcionan estas ondas es el sonido de las ambulancias. Cuando están más lejos, el sonido tiene un tono y, conforme esta se va acercando, el ruido de la sirena se hace cada vez más agudo.
El efecto Doppler y los radares de velocidad
Este principio permite que el radar identifique de manera precisa a qué velocidad se mueve un vehículo. Las primeras aplicaciones del efecto Doppler se vieron, por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial.
El radar dispara un haz a un blanco móvil, que se va acercando o alejando del aparato. Cada onda disparada tarda más o menos en alcanzar al vehículo y la diferencia de tiempos permite calcular a qué velocidad se mueve el automóvil.
Los radares están calibrados según la velocidad máxima permitida en la vía en la que se instalan. La velocidad que registran la comparan con el límite de la carretera y, entonces y si se sobrepasa, hacen la correspondiente fotografía del vehículo infractor.
Otras características destacadas a los radares más nuevos que funcionan gracias al efecto Doppler es que son muy sensibles y difíciles de detectar.
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