Pensar en Australia es pensar en canguros, koalas, serpientes o arañas. Pero también esta lista de animales incluye a una peculiar especie que quizá no todos se imaginarían. Cada año, millones de cangrejos rojos protagonizan uno de los espectáculos naturales más impresionantes del planeta: su migración masiva desde el bosque hacia el mar para reproducirse.
Este ritual, que ocurre en lugares como la Isla de Navidad en Australia y zonas del Caribe, no solo transforma el paisaje, sino también la dinámica del tráfico. Carreteras, puentes y calles se ven literalmente cubiertos por una “alfombra roja” en movimiento, obligando a conductores y autoridades a tomar medidas extremas.
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La masiva migración de los cangrejos rojos
El impacto sobre la circulación es enorme. En Cuba, por ejemplo, se estima que 3,5 millones de estos animales mueren cada temporada aplastados por neumáticos, mientras que los vehículos sufren pinchazos debido a las fuertes pinzas de estos crustáceos.
En Australia, la situación es distinta: allí se cierran carreteras completas, se instalan barreras y túneles especiales para permitir el paso seguro de los animales. Incluso existen puentes exclusivos para cangrejos, conocidos como crab bridges, que se han vuelto virales en redes sociales.
¿Por qué tanta logística?
Porque el tráfico es la principal amenaza para esta especie durante la migración. Los cangrejos no pueden esquivar los coches y, cuando las lluvias y la fase lunar marcan el inicio del desplazamiento, millones cruzan simultáneamente las vías.
En la Isla de Navidad, más de 22 kilómetros de carreteras se cierran al tránsito humano durante las semanas pico, y cientos de voluntarios trabajan desde el amanecer para retirar cangrejos del asfalto y evitar accidentes.
Este fenómeno no solo afecta la seguridad vial, sino que también se ha convertido en un atractivo turístico y viral. Las imágenes de carreteras teñidas de rojo circulan cada año en redes sociales, y los vídeos muestran la magnitud del desafío: coches detenidos, neumáticos pinchados y operativos masivos para proteger a los animales. Para los amantes del motor, sin duda es un recordatorio de cómo la naturaleza puede imponer sus propias reglas en la carretera.
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