El piloto automático, ese que convierte al conductor en pasajero, está permitido en países como EE UU y China. Pero no en otros como Japón, y tampoco en la Unión Europea. Por eso, tiene especial relevancia que Mercedes haya conseguido recibir la primera certificación comunitaria para un sistema de conducción autónoma de Nivel 3 (los actuales son de Nivel 2).
Pero el logro presenta, todavía, limitaciones. Para empezar, solo puede activarse en autopistas que tengan una separación física central entre los carriles de circulación, y a velocidades de hasta 60 km/h, restringiendo así su uso a situaciones de tráfico denso y atascos.
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Automatismo en autopista
Sin embargo, marca un claro paso adelante. Y es que, aunque cumpliendo siempre esos condicionantes, el conductor puede activar el sistema y desatender tanto el control del tráfico como del propio coche.
Y es que el vehículo se ocupará de todo, desde acelerar, frenar, girar, mantener la distancia de seguridad y cambiar de carril, hasta realizar una maniobra de esquiva de emergencia, si esta fuera necesaria. El humano puede, por ejemplo, recostarse en el asiento y leer un libro, aunque todavía no dormirse (para eso se necesitaría un Nivel 4).
GPS con precisión de centímetros
El equipamiento está disponible, de momento, en dos modelos: el Mercedes Clase S y su equivalente eléctrico, el Mercedes EQS. Y, para funcionar con la necesaria y deseable fiabilidad, se apoya en sistemas de última generación, como mapas HD muy completos y un nuevo GPS de alta precisión que es capaz de ubicar al coche con un margen de error de centímetros, en lugar de metros, como sucede con los dispositivos actuales.
La legislación actual
Alemania es el único país de Europa que ha desarrollado una normativa especial para regular el piloto automático. Y aunque la reglamentación parece demasiado restrictiva, persigue evitar los accidentes que se están viendo tanto en China como en EE UU, y que han llevado a algunos organismos, como la agencia de tráfico estadounidense, a investigar a marcas como Tesla.
El laboratorio Euro NCAP, que es independiente de los fabricantes, acaba de realizar una serie de pruebas en pista para analizar la eficacia de los automatismos (todos, de Nivel 2) de los modelos a la venta en Europa. Y la conclusión es clara: el piloto automático, según el laboratorio, todavía no existe.
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