Qué quiere decir Kia y por qué es el coche de Rafa Nadal 

En 1944, Corea era un país eminentemente agrícola, con una economía muy deprimida y que se había quedado atrás en el proceso global de industrialización. Pero Kim Chul Ho, un entonces modesto emprendedor, estaba dispuesto a cambiar las cosas. 

Como se había formado en Japón, aplicó nuevas ideas a su proyecto industrial: una empresa llamada Kyungsung Precision Industry dedicada inicialmente a fabricar tubos metálicos y piezas diversas. 

Pero el atraso secular de la península asiática no iba a ser la única dificultad que encontraría para lograr sus objetivos. En 1950 estalló la guerra civil que enfrentó a Corea del Norte con la del Sur y, al cabo de tres años de conflicto, ambos países acabaron agotados por la contienda y en la ruina económica. 

Kim Chul Ho no se arredró ante una penuria que parecía insalvable y con unos medios precarios empezó a fabricar las primeras bicicletas coreanas. Como no podía acceder a las materias primas, tuvo que recurrir al reciclaje de chatarra como por ejemplo bidones de aceite usados y cables metálicos desechados para ofrecer a sus compatriotas un vehículo que resultó imprescindible para la movilidad personal y muy necesario para la reconstrucción del país. 

La primera bicicleta llegó en 1952 y coincidió con un cambio de nombre de la empresa, que pasó a llamarse definitivamente Kia. Un acrónimo cargado de simbolismo, ya que traducido del coreano significa “Asia se revela al mundo” y que con el tiempo fue expresado en el logotipo (renovado en 2021) por un óvalo rojo que representa el globo terrestre. Toda una declaración de intenciones en cuanto a las ambiciones de expansión de la marca recién creada. 

Motos, camiones y coches

La siguiente etapa para Kia llegó en los años 60, cuando comenzó a diversificar su producción y se inició en la fabricación de vehículos a motor. Así llegaría la primera moto C100, un escúter ensamblado bajo licencia Honda, seguida del motocarro de tres ruedas K360 originalmente desarrollado por Mazda, y finalmente unos pequeños camiones de transporte que se hicieron en aquella época muy populares en el país asiático. 

El primer coche producido por Kia llegó en 1971 gracias a un acuerdo con la italiana Fiat para fabricar localmente sus modelos 124 y 132. Un avance que sirvió a la marca para seguir su desarrollo y tener un motor de gasolina propio en 1973 que serviría para motorizar un año después al Brisa, primer modelo 100% Kia, y que a partir de entonces fue exportado en gran número de unidades a otros mercados asiáticos bajo la nueva firma de Kia Motors Company. 

La década de los 80 trajo un periodo de especial éxito para Kia y fue entonces cuando se dio a conocer mundialmente como fabricante. La ascensión trajo consigo una mayor diversificación de sus productos, con la llegada de nuevos modelos de vehículos comerciales, maquinaria agrícola y finalmente, gracias a un acuerdo con la estadounidense Ford, la producción a gran escala del utilitario Festiva rebautizado como Kia Pride. 

Sin embargo, la brillante ascensión de Kia se interrumpió bruscamente con la llegada de la grave crisis que a finales de los años 90 afectó con especial gravedad al continente asiático. Al borde de la bancarrota y a instancias del gobierno coreano, la empresa automovilística fue absorbida por su rival Hyundai dando lugar al poderoso grupo coreano (cuarto en el ranking mundial) que actualmente engloba ambas marcas. 

En España, la progresión de Kia ha sido igualmente espectacular desde su desembarco comercial en 1992. Muy pronto sus coches se ganaron una merecida fama por su relación precio/calidad y fiabilidad, siendo la primera marca en ofrecer siete años de garantía. Y en muy pocos años consiguió alzarse con una importante cuota del mercado, siendo en la actualidad la primera marca en nuestro país por número de ventas entre particulares. Y todo gracias a modelos superventas como el SUV Sportage, recientemente renovado.

El coche de Rafa Nadal

Capítulo aparte merece el acierto que tuvo Kia al fijarse en un joven tenista de Manacor que ya comenzaba a despuntar a sus 17 años. Nadie podía entonces adivinar hasta donde llegaría el mallorquín, pero 18 años después, y ya convertido en primera figura del deporte, Rafael Nadal sigue siendo fiel a la marca que le ha apoyado desde 2004 a lo largo de toda su asombrosa carrera deportiva.