por EL MOTOR
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AMC Gremlin
La American Motors Corporation priorizó lo económico sobre lo estético en el Gremlin, y quizá por eso se ha considerado tradicionalmente uno de los coches más feos de la industria americana. Sin embargo, fue un gran éxito comercial entre 1970 y 1978: costaba menos de 2.000 dólares, gastaba poco y era fácil de conducir. -
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Ford Edsel
Muchos historiadores lo consideran el mayor fracaso de Ford. Y su extraña calandra vertical recibió todo tipo de apelativos soeces. El modelo emitía muchísimo humo, la caja de cambios se calaba, la dirección era imprecisa, las puertas no cerraban bien y el motor de 235 CV gastaba de 30 litros cada 100 kilómetros. -
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Lotus Elite
Lotus pretendió fabricar un imposible: un cupé deportivo familiar de altas prestaciones de cuatro plazas y gran capacidad de carga. El Elite de 1975 era una maravilla técnica para su época: motor 1.973cc, 16 válvulas, 170 CV, carrocería de fibra de vidrio y un coeficiente aerodinámico de 0,30. Pero falló la estética. -
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Lamborghini LM002
El LM002 se fabricó entre 1986 y 1993 y fue, en cierto modo, un predecesor del Hummer: un 4x4 nacido para ser militar que alguien decidió derivar al mercado civil. Pese a sus tres toneladas de peso era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8 segundos, pero sólo se vendieron 328 unidades. -
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Nissan Cube
Usaba la misma plataforma del Nissan Note. La marca quería poner en la calle un minimonovolumen de gran capacidad de carga para usos de fin de semana, pero al mismo tiempo adecuado para uso urbano. El público europeo lo rechazó y entendió que estaba ante una microfurgoneta de reparto ciudadano. -
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SsangYong Rodius
Otro de los clásicos que no puede faltar en ninguna lista de coches poco agraciados. Fue diseñado como el vehículo perfecto de la familia numerosa, un monovolumen cuyas líneas –según explicaron en su momento desde la marca– estaban inspiradas en las de los yates de lujo. -
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Seat Toledo
La tercera generación del Toledo no era ni un monovolumen, ni una berlina, ni un compacto. Pretendiendo estar en los tres estilos a la vez, no estuvo en ninguno y no gustó a casi nadie. Y eso que el Toledo era mecánicamente estupendo, pues acabó alimentado la flota de taxis y policías de media España.