Pensar en un hormiguero al ver las carreteras de Uganda sería ser optimista, pues las hormigas son un claro ejemplo de organización. En cambio, el bullicio y el trasiego de vehículos que discurren por el poco asfalto y la mucha tierra de los caminos del país es más un ejemplo de caos, un hipnótico baile casi mortal en el que sorprende no ver un accidente cada pocos segundos.
La supervivencia del más fuerte transformada en una danza en la que destaca un ganador que a priori no debería de serlo, los miles de ejemplares de un mismo modelo de motocicleta que parece poder con todo: la Bajaj Boxer.
A primera vista parece el rival más débil de la carretera, si se excluyen las bicicletas, algo muy a tener en cuenta en un país en el que los ceda el paso son poco más que una ilusión, los escasos semáforos se respetan en una de cada 10 ocasiones y las prioridades en las intersecciones y las rotondas no están ni se las espera.
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Ante tal panorama, exponerse en una motocicleta parece la peor idea de todas, algo kamikaze, incluso; pero, contra todo pronóstico, las carreteras están inundadas de ellas, tanto en movimiento como en cualquier esquina, paradas hasta que los boda-boda (taxistas con o sin licencia que ofrecen transporte por precios realmente bajos) recojan a su siguiente cliente.
Origen indio
La Boxer es una moto desarrollada en la India con un claro propósito: aguantar todas las irregularidades y las inclemencias que se puedan dar en las carreteras y caminos de los países en vías de desarrollo.
La propia web del modelo es meridiana en su descripción: “Construida fuerte para aguantar más tiempo”. Cumple con lo prometido, algo que consigue gracias a la sencillez, en el uso de componentes de fácil reemplazo y en una mecánica simple pero efectiva que prácticamente cualquiera y en cualquier lugar, incluso con pocos recursos a su alcance, pueda reparar.
Su formato es el de una moto naked, con similitudes respecto a los modelos que se ven en España, pero también con características específicas adaptadas a su público objetivo.
No destaca por diseño, que es el más estándar que se pueda imaginar para este tipo de motocicletas, pero sus dueños a menudo las tunean para darles su propio toque y destacar entre la marabunta de ejemplares que pueblan las carreteras.
Lo más llamativo es su asiento, que no divide en alturas entre piloto y copiloto, sino que forma un largo y ancho sillín pensado para que vayan más de dos personas. Circulando por las calles de Kampala, capital de Uganda, no es extraño encontrar a cinco individuos a lomos de la misma moto, con el conductor directamente sentado sobre el depósito, ni ver a una sola persona con una enorme carga de materiales a sus espaldas (plátanos, piñas o garrafas cargadas de agua).
Una mecánica sencilla pero eficiente
Sabedores del uso que se le suele dar, desde Bajaj indican que la suspensión de la Boxer está pensada para soportar más peso del habitual. Lo mismo ocurre con los neumáticos que envuelven sus llantas de 17 pulgadas, dignos de admiración por la manera en la que lidian con baches y zanjas muy poco amables con las gomas.
La sencillez es algo que se aprecia también en la elección de motores, que varían según la versión de la moto, pero siempre son de baja cilindrada, potencia justa y consumo contenido, algo imprescindible en lugares como Uganda, donde el precio de la gasolina es realmente elevado si se compara con el coste general de la vida.
El litro cuesta 4.740 shillings, lo que al cambio supone unos 1,16 euros. Por ponerlo en perspectiva, una botella de Coca-Cola de 33 centilitros en una gasolinera cuesta al cambio unos 25 céntimos de euro, mientras que es posible cenar una hamburguesa con bebida en un restaurante por menos de cinco euros.
Volviendo a sus versiones, la más extendida es la Boxer 100, que emplea un pequeño motor de 100cc y desarrolla 8,2 CV y 8 Nm de par máximo, cifras humildes pero suficientes para mover sus poco más de 100 kilos de peso a las velocidades que permiten las carreteras del lugar.
Por encima, aunque son mucho más difíciles de ver, hay variantes de 125 y 150cc, con un rendimiento ligeramente superior, de 10 y 12 CV, respectivamente, un peso algo mayor y depósitos algo más capaces que pueden llegar hasta los 11 litros.
Un éxito de exportación
La condición de la Boxer es curiosa en tanto que se trata de una moto muy exitosa, pero no en su país de origen. El descenso en la demanda hizo que Bajaj dejara de comercializarla en la India en abril de 2015, pero ha continuado fabricándola para otros países. Con datos de mayo de 2023, se exportaron 58.476 unidades, prácticamente la mitad de las ventas totales de la marca en el extranjero.
Su destino son lugares como Uganda, donde no dejan de sumarse nuevos ejemplares a un parque ya de por sí amplísimo, en el que pululan unidades con muchos años a sus espaldas, algo que no hace más que confirmar que es un modelo hecho para perdurar.
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