Los precios de los carburantes vuelven a situarse al alza. Tras un último año y medio caótico, en el que se dispararon con la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los vaivenes en las tarifas han sido la nota dominante. Por ejemplo, en España, la gasolina de 95 llegó a marcas de algo más de dos euros por litro y el gasoil se quedó muy cerca de esa cifra.
Esto obligó al gobierno a instaurar el descuento de los 20 céntimos por litro para ayudar a los conductores. Una vez terminada esa ayuda, los precios se estabilizaron. Llegando incluso algunas semanas a marcar en el surtidor tarifas anteriores a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Así, el litro de gasolina de 95 octanos se situó algo por encima de 1,40 euros, el gasóleo A, por su parte, llegó incluso a marcar un precio más bajo que ese. Desde este pasado verano los importes no han hecho más que incrementarse. A día de hoy, el precio medio por litro de gasolina de 95 está en 1,767 euros. La de 98 en 1,935. El gasóleo A, si sitúa en un precio medio de 1,692 euros y el A+ en 1,8 euros.
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Francia se pone seria
Esta nueva cotización alcista en el precio de los carburantes que se vive en Europa está obligando a tomar medidas drásticas. En gran parte, debido al contexto geopolítico y, sobre todo, a la caída del euro frente al dólar. Por ello, algunos países miembros está estudiando procedimientos que consigan frenar estas escaladas.
Por ejemplo, en Francia han decido atajar el problema con una terapia de choque y para llevarlo a cabo van a tener que derogar una medida que se encontraba en vigor desde 1963: la venta a pérdidas.
Élisabeth Borne, la primera ministra francesa, anunció, en una entrevista concedida el sábado 16 de septiembre a Le Parisien, que quería autorizar a los distribuidores a vender carburantes a pérdidas “durante un período limitado de algunos meses”. Promete “resultados tangibles sin subsidiar la gasolina”. Un gesto para los franceses que dependen de su coche pero sin financiar los combustibles fósiles.
Venta a pérdidas
Se denomina venta a pérdida a la práctica comercial que vende por debajo del precio normal. Es decir, con dicha venta no se consiguen beneficios, ya que se vende a un precio menor del que ha costado adquirir el producto.
En el caso de Francia, por precio efectivo de compra, se debe entender el precio unitario neto que figura en la factura de compra, al que hay que sumar los impuestos sobre el volumen de negocios, los impuestos específicos relativos a esa reventa y el precio de transporte.
¿Se puede vender a pérdidas?
En Francia, al igual que en España, la venta a pérdidas está prohibida en la legislación. Por eso, el ejecutivo quiere suprimir este ordenamiento momentáneamente con carácter de urgencia, puesto que el precio del gasóleo alcanza en el país vecino los 1,88 euros por litro, y la gasolina vuelve a rondar ya los 2,00 euros.
Con esta medida pretenden evitar la competencia desleal frente a los competidores más frágiles. De esta manera, y observándolo en clave del consumidor, se pretende descontar casi medio euro en cada litro de combustible. Una forma temporal de aliviar el bolsillo de los conductores franceses.
Fecha de caducidad
Esta medida de choque, eso sí, contará con fecha de caducidad. El gobierno francés quiere autorizar a los distribuidores a vender combustibles con pérdidas durante un período limitado de unos pocos meses. De esta manera, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, ha comentado que si el Parlamento da luz verde, “será efectivo desde principios de diciembre, espero que desde el 1 de diciembre”.
Aunque la medida solo estará en vigor unos pocos meses, las voces críticas no se han hecho esperar. Por ejemplo, Francis Pousse, que es el presidente nacional de estaciones de servicio y nuevas energías dentro del sindicato profesional Mobilians ha declarado que: “En cualquier caso, no podemos darnos el lujo de vender el combustible con pérdidas. Solo las grandes y medianas empresas pueden hacer esto… ¡Así que es una medida completamente injusta!”
Para Pousse, que representa a 5.800 gasolineras, esta medida supondrá la desaparición de las pequeñas estaciones de servicio: “A los miembros mi asociación, si venden con pérdidas, les doy tres meses de supervivencia”.
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