Las estadísticas no dejan lugar a dudas. La peligrosidad de las carreteras convencionales es manifiesta al acaparar el 77% de las víctimas mortales en accidentes de tráfico en vías interurbanas, llegando a los 1.013 fallecidos durante el pasado año. Son datos que arroja el informe del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, que señala que el tipo de accidente más peligroso en este tipo de vías son las salidas de la calzada con un solo vehículo implicado, alcanzado los 367 fallecidos.
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Especialmente letales, como es fácil adivinar, son también las colisiones entre vehículos, con 285 fallecidos en choques frontales, más otras 149 muertes en colisiones frontolaterales, las que de forma habitual se producen en intersecciones. Por último, apuntar la tragedia de las 54 personas que perdieron la vida en atropellos durante 2017.
En los frecuentes casos de salida de la vía, en la mitad de ellos la velocidad inadecuada concurre como factor desencadenante, mientras que en un tercio aparecen las distracciones. No menos preocupante resulta que el 47% de los conductores implicados en estos accidentes habían consumido alcohol o drogas (e incluso ambas sustancias).
Por lo que se refiere a los fatales choques frontales, en el 70% de los accidentes uno de los conductores invadió el contrario, mientras que el 10% del total se produjo como consecuencia de un adelantamiento irregular. Y el factor más concurrente entre todos ellos, alcanzando el 42% de los casos, vuelve a ser el consumo de sustancias que afectan a las capacidades de conducción.
De ese millar de personas fallecidas en carreteras secundarias durante el pasado año, 567 viajaban en turismos, 189 en motocicleta, 64 en vehículos comerciales y 48 en bicicletas. De los 54 peatones fallecidos, cabe destacar que 28 de ellos (52%) fueron atropellados de noche.
Frente a estas cifras, las víctimas mortales en carreteras interurbanas (fuera de las calles de una ciudad) fueron muy inferiores en otro tipo de vías, con 22 fallecidos en autovía y 85 en autopistas. Y es que no sólo se producen más accidentes en las carreteras convencionales sino que además su índice de letalidad (porcentaje de implicados en accidentes que fallecen) es superior (2,7 frente a 1,5) y además al alza respecto al año precedente (2,7 frente a 2,6).
La distracción, la velocidad y el consumo de alcohol o drogas aparecen como desencadenantes en la mayoría de los accidentes, con una importancia relativa de cada factor que varía dependiendo de cada caso. Es por ello que la Dirección General de Tráfico se plantea realizar modificaciones legislativas que ayuden a atajar esta lacra del incremento de la siniestralidad, con nuevas medidas y endurecimiento de las sanciones para estos factores que concurren con mayor frecuencia en los siniestros.
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